Donde no hay harina...

Antonio Sevillano
Militante socialista
 
... todo es mohína. Y en el PSOE almeriense hoy no hay harina que echarle a las urnas. Sí tristeza, siglas traicionadas por unos pocos (con trajes de Armani y zapatos de 300 euros) y mucha malaleche entre los militantes de a pie, sin cargos ni apetencia por lograrlos. Y lo que es peor: sospecho que pasará demasiado tiempo antes de que se regenere, no ya por el bien de los socialistas sino de la sociedad almeriense en general. Porque para que vuelva a dar buen sonido tendrían que fundirlo de nuevo como funden a las campanas… Sin embargo, ¿dónde están los fundidores?
 
La estrepitosa derrota electoral -bastantes sospechábamos su magnitud, pero callábamos, con dolor y por disciplina, ¿ves, Antonio Lao, por qué rechacé escribir una columna diaria durante la campaña?-, la monumental debacle, digo, ha provocado la dimisión mayoritaria de la Ejecutiva Provincial y, en consecuencia, la de su secretario general. Algo que debiera haberse producido mucho antes, a la primera derrota de las que llevan encadenando (curioso: en esto Asensio y Martín Soler se dan la mano con Javier Arenas en Andalucía).
 
No pueden estar eternamente echando balones a la grada. Es como si un equipo de fútbol, el Almería sin ir más lejos, encadenara cinco derrotas y el culpable, sistemáticamente, fuese el árbitro, la mala suerte, los postes... O el torero que lidia diez tardes en plazas de primera y no corta ni una sola oreja. Bien está la dimisión, aunque en ese camino de irás, y ojalá, no volverás, sería de desear que otros cuantos les acompañaran. Tampoco he escuchado autocrítica en los que iban en las listas o en las tontas. Con echarle la culpa a la crisis económica y a Zapatero -como prodigan en Intereconomía o en concretos programas televisivos locales- se dan por satisfechos. Ítem más. Viendo las caras de los regeneradores que publica la prensa -y los detalles que de algunos de ellos omiten- es como para echarse a temblar. ¿Más de lo mismo para un nuevo proyecto? Me temo que sí. A ciertos "compañeros" Valle Inclán no dudaría en etiquetarlos de aviesos, tortuosos y de mirada torva, apegados a las canonjías del cargo y al aire que marca la veleta política.
 
Ojalá me equivoque y volvamos a ser lo que fuimos, como en el Himno andaluz, pero el cuerpo no está para tirar cohetes. Alegría la del PP. Si no padecimos bastante la legislatura pasada, con 18 concejales propios y 9 en la oposición (sumados los de IU) es para echarse a temblar. No obstante, la soberbia es mala consejera. No olviden ustedes las dos recientes heridas en sus carnes: el GIAL de Megino y el PAL de Enciso.

PD: Mi militancia oficial en el Partido Socialista Obrero Español, tal y como reza en el carné, de 02/03/1978.

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