El dedazo

Kayros
Periodista

No le ha sentado nada bien a la derecha mediática y de casino el nuevo aspirante a candidato socialista en la figura de Rubalcaba. Admiten que es una persona experimentada cuya valía pocos niegan. Los remilgos vienen -pásmense ustedes- de lo que el adversario califica de dedazo, como si esta costumbre heráldica y casi hereditaria no estuviese en el ADN de la derecha. Pero ni siquiera en eso tienen los críticos razón porque parece que al fin habrá primarias. En el PSOE, dentro de quince días, desde el más alto funcionario hasta el tío de la chirimía que anuncia la feria tienen vía libre para presentarse a Presidentes del Gobierno. Otra cosa será que obtengan los votos necesarios. Según declara el propio Rudalcaba, parece que no es un solo dedazo sino miles de dedazos los que se alzan como una plataforma enfurecida sosteniéndole como candidato indiscutible para ganar las próximas elecciones.

Pero me interesa decir algo más. La ascensión del vicepresidente se ha interpretado como la vuelta del pasado. o de los barones felipistas. No puede haber renovación, afirman quienes le temen, cuando se cruza la corrupción de los ochenta con la incompetencia zapateril. El mismo Javier Arenas da lecciones acerca de cómo hay que entregar el poder a las nuevas generaciones sin caer en la cuenta de que el propio Rajoy es tan antiguo como Rudalcaba. Uno a la izquierda y el otro a la derecha, los dos entraron en política muy jóvenes, los dos fueron escalando ministerios, los dos conocen los entresijos del Estado por dentro y por fuera. Por lo tanto no hay razón para subestimar un gran fondo de experiencia y sabiduría en gracia a un requisito meramente protocolario que por cierto la derecha no ha respetado casi nunca.

Recordemos algunos congresos provinciales del PP donde Fraga tronaba rompiendo cartas y nombrando a quien le salía del arco del triunfo. Para saber si un candidato es nuevo o viejo habría que contrastarlo con lo que de verdad piensan los jóvenes, en este caso los que ahora se reúnen en las plazas de España pidiendo utopías. Pienso que ni al PP ni al PSOE les interesa esta comparación porque llevarían las perder y por algo han sido repudiados por igual.
(La Voz de Almería)

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