Javier Polo
Diario Progresista
Javier Arenas ha decidido su estrategia para los próximos meses y ha optado por la aplicación estricta del proverbio árabe: “siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo”; consigna que, dicho sea de paso, Rajoy lleva aplicando años y que le está dando sus réditos.
Tan claro lo tiene que es el único dirigente popular que no está pidiendo un adelanto electoral, sabe que unas elecciones ahora dejaría el gobierno andaluz en manos de la decisión de Izquierda Unida –como ya pasa en Extremadura- y que, al ritmo que se están desarrollando los acontecimientos en el PSOE, los diez meses que restan hasta las elecciones pueden dar un vuelco a su favor; por lo que pide elecciones generales cuanto antes –como el resto de su partido-, pero andaluzas cuando tocan, que es en Marzo.
Para decidir esta estrategia no ha tenido que consultar con ningún experto electoral ni con los grandes estrategas políticos, sólo tuvo que salir a la calle y preguntarle al primer niño de siete años que se encontró. Griñan y su ejecutiva son los únicos que no parecen enterarse y encadenan en menos de un año tres dimisiones que han socavado los pilares del partido en la región. En octubre del año pasado dimitía su vicesecretario general y número dos, Manuel Velasco. Su antecesor en el cargo durante catorce años y mano derecha de Chaves, Luís Pizarro, dimitía de su cargo en el gobierno en abril, provocando una crisis en Cádiz que, entre otras cosas, les ha costado la alcaldía de Jerez de la Frontera. Ahora ha dimitido el secretario general de Almería, Diego Asencio, quien se ha despachado a gusto contra el Presidente de la Junta, a quién acusa no sólo de no defender los intereses de esa provincia sino de haberse dedicado a perjudicarlos.
En Sevilla, aunque aún no ha habido peticiones de dimisiones ni de congresos extraordinarios (las habrá) se produjo una tensa reunión la semana pasada, después de dos intentos de hacer saltar las ejecutivas de sendas agrupaciones locales. En esa reunión se escuchó al secretario general del casco antiguo lanzar, por primera vez en público, duras acusaciones contra la corporación saliente, a la que responsabiliza de todos los males de la ciudad, del partido y, de camino, de la muerte de Manolete. Por supuesto no me entretengo en comentar nada de las dos candidaturas sevillanas a las primarias porque no dejan de ser un mal chiste en medio de todo este batiburrillo. Como ven todos los ingredientes para una teleserie si no fuera porque la audiencia ha demostrado que no le interesan los sainetes de la política.
Me temo que en los próximos meses seguiremos hablando largo y tendido de la descomposición del socialismo andaluz, de la arábica sentada de Arenas en la puerta de su casa y de la peregrinación al Rocío de tantos socialistas que a fecha de hoy lo único que piden es: “madrecita, que nos quedemos como estábamos el 22-M”.
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