Pedro Molina
Rector de la UAL
El sector agrícola almeriense acaba de sufrir una de las mayores crisis sin motivo alguno. La falta de rigor en el proceso de comunicación de alertas sanitarias por parte de las autoridades alemanas ha llevado a achacar las causas de enfermedades producidas por un serotipo especialmente tóxico de Escherichia Coli, a pepino producido en Almería. Un ejemplo de contra-derecho, donde los productores almerienses han tenido que demostrar su inocencia en vez de que Alemania demostrara nuestra culpabilidad.
Desde el primer momento de surgir la alerta, la Universidad de Almería se ha integrado en las reuniones mantenidas entre el sector productivo y la administración pública, aportando a falta de datos analíticos concluyentes, argumentos científicos que indicaban que la posibilidad de que el foco de la infección estuviera en el origen eran mínimos, tras realizar un análisis de riesgos biológicos, que evalúa los factores de cultivo en origen que pueden constituir un riesgo de contaminación por esta bacteria. Dichos argumentos han sido expuestos sin dejar lugar a dudas en medios de comunicación y redes sociales con un gran apoyo.
Esta crisis alimentaria ha puesto de manifiesto la necesidad de transferir y comunicar la realidad del modelo productivo almeriense. En el fondo, se trata de una cuestión de confianza en nuestros productos, por parte de los consumidores y autoridades de los países que constituyen nuestros mercados de destino. Es necesario fortalecer dicha confianza sobre una base sólida, que profundice más allá de la pura imagen del "mar de plástico". La sociedad europea debe conocer que nuestro sistema productivo es más sostenible, considerando los controles sobre seguridad alimentaria y los ratios de productividad con el uso de recursos suelo, agua, insumos o huella de carbono que otros modelos tradicionales, que necesitan más recursos para producir menos y que no obstante se perciben como "menos artificiales". La Universidad de Almería ha contribuido y contribuye al estado actual de nuestro modelo aportando un personal altamente cualificado, egresado de nuestras aulas y unas infraestructuras científico-técnicas de primer nivel.
El reto que plantea el futuro cercano de alimentar a nueve mil millones de habitantes en la tierra justifica sobradamente la promoción, consolidación y mejora de un modelo agrícola eficiente como el de Almería. Estos objetivos solo se pueden lograr con argumentos sólidos, independientes y de rigor científico, para lo que es necesario que el sector productivo, las administraciones y la Universidad de Almería tomen una iniciativa que permita la generación de confianza en la sociedad europea .
Desde el primer momento de surgir la alerta, la Universidad de Almería se ha integrado en las reuniones mantenidas entre el sector productivo y la administración pública, aportando a falta de datos analíticos concluyentes, argumentos científicos que indicaban que la posibilidad de que el foco de la infección estuviera en el origen eran mínimos, tras realizar un análisis de riesgos biológicos, que evalúa los factores de cultivo en origen que pueden constituir un riesgo de contaminación por esta bacteria. Dichos argumentos han sido expuestos sin dejar lugar a dudas en medios de comunicación y redes sociales con un gran apoyo.
Esta crisis alimentaria ha puesto de manifiesto la necesidad de transferir y comunicar la realidad del modelo productivo almeriense. En el fondo, se trata de una cuestión de confianza en nuestros productos, por parte de los consumidores y autoridades de los países que constituyen nuestros mercados de destino. Es necesario fortalecer dicha confianza sobre una base sólida, que profundice más allá de la pura imagen del "mar de plástico". La sociedad europea debe conocer que nuestro sistema productivo es más sostenible, considerando los controles sobre seguridad alimentaria y los ratios de productividad con el uso de recursos suelo, agua, insumos o huella de carbono que otros modelos tradicionales, que necesitan más recursos para producir menos y que no obstante se perciben como "menos artificiales". La Universidad de Almería ha contribuido y contribuye al estado actual de nuestro modelo aportando un personal altamente cualificado, egresado de nuestras aulas y unas infraestructuras científico-técnicas de primer nivel.
El reto que plantea el futuro cercano de alimentar a nueve mil millones de habitantes en la tierra justifica sobradamente la promoción, consolidación y mejora de un modelo agrícola eficiente como el de Almería. Estos objetivos solo se pueden lograr con argumentos sólidos, independientes y de rigor científico, para lo que es necesario que el sector productivo, las administraciones y la Universidad de Almería tomen una iniciativa que permita la generación de confianza en la sociedad europea .
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