Exalcalde de Canjáyar
Los verbos decir y hacer, en política no tienen la conjugación correcta. A la hora de prometer, casi siempre se promete un mundo feliz, pero después, feliz ¿para quién? Sólo es feliz para el político de pesebre que ya sabe de antemano que hasta los próximos cuatro años no tiene que volver al pueblo a decir las mismas cosas que dijo hace cuatro años. Entre tanto, somos los parias los que damos la cara y los que casi siempre no sabemos qué contestar, por qué ni tan siquiera se nos ha informado el motivo por el cual no se ha ejecutado tal obra o tal compromiso contraído por ese personaje gris que nos visita cada cuatro años. Y para más inri resulta que donde dije digo, digo Diego, haciendo que los que damos la cara a diario quedemos mal.
También resulta como memos chocante que algunos alcaldes de pueblos, pueblos pequeños, medianos y grandes, cuando están en la oposición critican los sueldos y los enchufes del que esté ejerciendo su cometido. Pero se da la paradoja de que tan pronto alcanzan el poder se asignan un sueldo mayor del que tenía el anterior, es decir, lo que criticaban lo empeoran. No es el caso, ya me guardaré de dar nombres de pueblos y de personajes, pero si ello fuera necesario tengo unos cuantos que podría citar con toda certeza.
Dice Calderón de la Barca, en su obra El alcalde de Zalamea: “Como está don Lope aquí, no quisiera despertarle”. Pues eso me pasa a mí, no quiero despertar suspicacias por ninguna parte. Sólo pretendo contar, a mi manera, las vivencias que tengo en temas políticos, sin dejar de tratar alguna que otra cosa que me preocupe o que me interese, pero siempre en lenguaje pueblerino, pues así me entienden mis vecinos y también, creo, los vividores, que haberlos haylos.
Ayer, en un medio de comunicación pude leer dos artículos que me encantan. Uno sobre la privatización de la enseñanza, del Gran Wyomin, y otro de Joaquín Sabina, donde se las ve y desea para hacer un verso con la “gaviota de azul”. Citaré solo una estrofa que dice así:
“Pepero, izquierdo unido, extremoduro, pinza del bellotal, terco avispero, que, ahíto del talante Zapatero, pinta de azul gaviota mi futuro”. Posiblemente esto no sea nada nuevo, pero tratándose de los dos personajes que lo escriben, bien merece la pena hacer una pequeña reseña.
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