Griñán no tiene ganas

Rafael M. Martos
Director de Noticias de Almería
 
Le entrevistaba Juan Ramón Lucas en RNE y se le notó mucho a José Antonio Griñán que no tiene ganas de ser presidente de la Junta de Andalucía, o para ser más concretos, de meterse en el follón que significa batallar con los secretarios generales provinciales que en la mayor parte de los casos le son adversos, ver cómo se resuelve lo de Almería, hacer una campaña electoral y... al final, perder. Mientras destilaba eses por un tubo, haciendo que muchos sigamos preguntándonos por qué en más de treinta años de autonomía no logramos tener presidentes andaluces (¡a éste es que ni se le ha pegado el acento!), mostró el mismo interés que cuando se lo preguntaron a Manuel Chaves siendo ministro de Trabajo (es un decir, porque lo suyo en realidad era el paro...  y se lo trajo a Andalucía) y dejó claro como el agua que no, que lo suyo era Madrid, que para "allá abajo" ni a palos. Luego vino y se quedó más de veinte años, pero esa es otra historia.

Dice que será el candidato si lo propone el partido, y que él querrá "si lo propone el partido" (hace ocho meses a esa pregunta respondía con un  rotundo sí). Y además dice que se pueden ganar las elecciones... en ocho meses. Eso piensan los malos estudiantes, que en las últimas dos semanas se aprueba dando un empujón... y sí, a veces pasa. Pero dando un empujón.

En esa desmemoria suya, critica que IU defrauda a sus votantes de Extremadura por abstenerse y permitir que gobierne el PP, pero obvia un detalla muy importante, y es que la coalición de izquierdas lo ha consultado a sus bases, y la decisión ha sido por amplísima mayoría. ¿No recuerda los pactos PSOE-PA en Andalucía? ¿No defraudó el PA a sus votantes, y quizá por eso a día de hoy algunos votos se le resisten en el temor de que los andalucistas vuelvan a darle oxígeno a los mal llamados socialistas?

Sobre cuando serán las elecciones, nada nuevo, cuando toquen, en marzo de 2012, y aunque no lo afirma, está claro que junto con las generales. Eso, para seguir hablando de otras cosas, de Bildu, del caso Faisán, de si Rajoy tiene falta de liderazgo, de si Rubalcaba es un infame estratega, del País Vasco, de las transferencias a Cataluña, de la reforma de la Justicia, de la del sistema electoral... en fin, de tantas y tantas cosas como las que le ha preguntado el periodista en esta entrevista y que poco o nada tienen que ver directamente con lo ocurre en Andalucía, con los EREs falsos, de nuestro paro motivos/consecuencias, de la administración paralela, de nuestra quebrada sanidad (por muy punteros que seamos en alguna cosa, la realidad económica que tiene es la que es).

En realidad, Chaves y Griñán, como tantos otros, sólo ven Andalucía como una pieza más en su juego de poder personal y de partido, es sólo un puesto de trabajo en la Junta, ya sea de presidente, de consejero o de funcionario gallego que aprobó oposiciones en Huelva. Griñán no tiene ganas de ser presidente de Andalucía, lo suyo son más altos menesteres, y nosotros, los andaluces lucimos tan bien en un tablao, en esos carteles de "Turismo de España" con el Cabo de Gata, la Alhambra o Punta Umbría, que de visita sí, pero venirse aquí, a meterse en una oficina en Sevilla, con el sofocón que da el Guadalquivir... con lo bien que se está en un despacho en la Castellana, cerquita de casa, entre gente que habla en condiciones.

Chaves tampoco tenía ganas, pero le pilló más joven, pese a lo cual él no se adaptó a Andalucía, adaptó Andalucía a él. Que le pregunten a De la Borbolla cómo reaccionó cuando le informaron que Franco había muerto. Se dio media vuelta en la cama y siguió durmiendo mientras los jóvenes sevillanos de izquierdas lo celebraban, según narró su predecesor en una entrevista colgada en Youtube.

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