José Luis Sánchez Teruel
Miembro de la Gestora del PSOE de Almería
El sentido común, que no es más que aquello que todos pensamos o hacemos de igual manera cuando nos encontramos ante una misma situación, es la fuente que inspira, que está detrás de todos y cada uno de los principios generales del derecho, así como de las normasjurídicas o éticas que regulan los comportamientos y relaciones que mantenemos las personas que hemos decidido vivir en sociedad. Esas normas y principios son las reglas que garantizan una convivencia ordenada, justa y pacífica.
Es precisamente ése, el sentido común, el que nos dice a cualquiera de nosotros, sin necesidad de haber estudiado mucho ni de ser muy listos, que quien ocasiona un daño a otro tiene la obligación moral de repararlo, haciendo que las cosas vuelvan al estado en que se encontrabanantes de que se produjera. Sin ir más lejos, el otro día mi hijo, sin darse cuenta, golpeó la mano de un señor provocando que éste se derramara encima la cerveza que llevaba y, lógicamente, además de la disculpa, mi reacción inmediata fue la de pedirle otra cerveza y al niño que tuviese más cuidado jugando con su hermana.
Pues eso. La reparación del daño causado es lo que debemos exigir todos ante la crisis del pepino, como han hecho por un lado el Gobierno y el Parlamento de Andalucía y, por otro, el Gobierno de España y la Cortes Generales, para paliar los negativos efectos que está sufriendo el sector agrario almeriense, tan difíciles de precisaren lo que a tiempo de duración y pérdidas económicas se refiere. Hay veces en las que el daño causado no se puede achacar a nadie, bien porque no sedescubre a las personas e instituciones que lohan ocasionado, bien porque la responsabilidad del daño no corresponde a persona alguna, como ha sido el caso del terremoto de Lorca.
Sin embargo, la situación que padecemos en Almeríacon la alarma generada sobre nuestra agriculturaeste sí que tiene nombres y apellidos y, apelando al sentido común, tendrá que ser el responsable de lo que ha pasado quien esté obligado areparar todos los perjuicios ocasionados. Hoy mejor que mañana; cuanto antes. Es cierto que un daño se puede reparar de muchas maneras, aunque lo verdaderamente importante es que se repare.
En ello debemos centrar nuestros esfuerzos, trabajando todos unidos -el sector, la administración y los grupos políticos- para garantizar tanto la inmediata e integra reparación de los perjuicios sufridos como para tomar las medidas oportunasque impidan que vuelva a ocurrir, porque estas imprudencias, temeridades o negligencias no son admisibles ni en la sociedad global ni en la Unión Europea.
Es precisamente ése, el sentido común, el que nos dice a cualquiera de nosotros, sin necesidad de haber estudiado mucho ni de ser muy listos, que quien ocasiona un daño a otro tiene la obligación moral de repararlo, haciendo que las cosas vuelvan al estado en que se encontrabanantes de que se produjera. Sin ir más lejos, el otro día mi hijo, sin darse cuenta, golpeó la mano de un señor provocando que éste se derramara encima la cerveza que llevaba y, lógicamente, además de la disculpa, mi reacción inmediata fue la de pedirle otra cerveza y al niño que tuviese más cuidado jugando con su hermana.
Pues eso. La reparación del daño causado es lo que debemos exigir todos ante la crisis del pepino, como han hecho por un lado el Gobierno y el Parlamento de Andalucía y, por otro, el Gobierno de España y la Cortes Generales, para paliar los negativos efectos que está sufriendo el sector agrario almeriense, tan difíciles de precisaren lo que a tiempo de duración y pérdidas económicas se refiere. Hay veces en las que el daño causado no se puede achacar a nadie, bien porque no sedescubre a las personas e instituciones que lohan ocasionado, bien porque la responsabilidad del daño no corresponde a persona alguna, como ha sido el caso del terremoto de Lorca.
Sin embargo, la situación que padecemos en Almeríacon la alarma generada sobre nuestra agriculturaeste sí que tiene nombres y apellidos y, apelando al sentido común, tendrá que ser el responsable de lo que ha pasado quien esté obligado areparar todos los perjuicios ocasionados. Hoy mejor que mañana; cuanto antes. Es cierto que un daño se puede reparar de muchas maneras, aunque lo verdaderamente importante es que se repare.
En ello debemos centrar nuestros esfuerzos, trabajando todos unidos -el sector, la administración y los grupos políticos- para garantizar tanto la inmediata e integra reparación de los perjuicios sufridos como para tomar las medidas oportunasque impidan que vuelva a ocurrir, porque estas imprudencias, temeridades o negligencias no son admisibles ni en la sociedad global ni en la Unión Europea.
No sabía que este hombre era de la gestora. Sabía que es una creación de martin soler y por tanto el primero en matarle, sabía que sólo como de dinero público en empresas publicas y por tanto le queda poco tiempo y sabía que es de eso que siempre va por la espalda, conspirando, con su aspecto retorcido
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