Pepino y perejil

José Fernández
Periodista

El candidato-aspirante Rubalcaba, ese hombre que es a la política española lo que otra reposición de “Verano Azul” a la programación televisiva, ha venido a Almería a decirnos lo que nuestro campo necesita y a ponerse al frente de la “Operación Pepino” apenas una semana después de desatarse los hechos. Y lo gracioso es que todavía hay embelesados y deslumbrados que ensalzan su certero uso de los tiempos y los espacios.

En fin, digo yo que si tan claro tenía el señor Rubalcaba -primer Ministro del Interior capaz de interiorizar el pepino como asunto de Estado- las recetas y medidas que han de adoptarse en caso de ataque injustificado a nuestra agricultura, ¿cómo es que no nos lo dijo antes? Se nota que es un hombre que vive tan impregnado de los secretos que no le basta con conocer y escrutar “todo de todos”, según dijo en palmaria e inquietante frase, sino que también guarda en el arcón de sus confidencias los remedios necesarios para cualquier problema. Por eso él sabe perfectamente lo que España necesita, aunque prefiera no adelantarnos todavía esas claves.

Pero el producto hortofrutícola que mejor explica la personalidad de don Alfredo no es la singular cucurbitácea almeriense que otorga carácter y sabor a ensaladas y gazpachos, sino el más modesto perejil. Ya verán como a partir de ahora el señor Rubalcaba es el perejil de todas las salsas, apareciendo allá donde el foco de la noticia pueda servirle de proyección primaria a su candidatura. Por cierto, que esto del pepino es buen reflejo de lo bueno y positivo que es tener a todo el Gobierno más atento a sus cosas que a las cosas de todos.

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