Paco Campos
Doctor en Filosofía y Profesor de la UAL
Habría que ponerse el hábito franciscano e ir a la cuenca del Almanzora a porfiar por la hermana tortuga mora. Muchas veces y cuántas veces hay que derramar tinta para poner freno a la ignorancia porque todo queda ante la opinión como una putada que les gastan a los propietarios en vez de acabar de una vez con el animalillo.
Cuando hicieron la autovía A-7 (ahora es el AVE) me acuerdo que Antonio Felipe se cachondeaba del animalillo en cuestión, dándole estopa además con galápago leproso –acto seguido dejaba caer un risotada, como las que hacían al alimón él y Fausto Romero con el Cable Inglés por ser LIC, y eso lo hacían en una tele local. La cosa, pues viene de lejos-. Es como si decimos ahora que Grabiel Amat es un depredador: la opinión nos crucifica. Pero lo fue, lo es y lo será –preguntad a los propietarios de las Salinas Viejas y veréis-.
Eso es lo que hay, y con eso hay que contar. Aquí nuestra universidad sirve de poco, se calla y además es ágrafa, y si no, lo hace para ponerse junto al capital: no lo entiendo en tanto que es una institución pública. Digo esto porque ahora avala una concentración de la población de la tortuga en Sierra Cabrera, para así dejar que los limones crezcan en los limoneros. Pero ignoran que ese tipo de mudanza es como hacer de flautista de Hamelin. No nos engañemos, la universidad sólo pretende ir a favor de las empresas, pero con eso va, contra natura… y el pueblo de Almería, cuando le pierda el respeto, ya hace falta, le ajustará las cuentas.
Leo el informe de los técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias y dice: “La zona, último reducto de vegetación natural –entre la Sierra de Alto Almagro y Sierra Almagrera-, se está viendo sometida a presión antrópica por la creación de nuevos regadíos, lo que dificulta e impide la dispersión de la fauna, en especial de la tortuga mora.”
Vamos a dejarnos de historias, la verdad no es lo que a ti te parece, o lo que te gusta más, la verdad depende de ella misma, la verdad se cierra categorialmente en su propio enunciado. Ejemplo, la aspirina, el teorema de Pitágoras, las leyes de Newton, etc. etc. lo demás, lo tuyo, a nadie le interesa.
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