Quién manda en quién

José Pérez Blánquez
Exalalcalde de Canjáyar


Hoy, como casi todos los días, he ojeado distintos medios de comunicación, aparte de oír las informaciones  de radio y televisión. Cuando encuentro un artículo periodístico que me interesa, me lo trago al tirón. Hoy han sido varios, pero destaca uno en especial, pues se trata de la economía, tema tan de moda en estos tiempos viperinos que estamos viviendo. La sensación que quiero expresar es la que le da título a esta reflexión.

Los Gobiernos de turno dicen que tienen que hacer lo que dicta la UE, aunque estén en pleno desacuerdo, y, además, tienen que obligar a las comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos, etc., a cumplir los ratios de déficits. Por otro lado, la oposición dice que se pueden hacer otras políticas, y no digamos los Sindicatos. Total, que entre unos y otros sólo hay un resultado: que pague el obrero.

En este mundo globalizado los únicos que mandan son los banqueros, los terratenientes, los sindicatos y, un poquitín, los gobiernos de turno. Claro, ante este mar de confusiones, se agudiza la pillería, en unos porque les conviene y en otros porque es la única forma de malcomer. Resultado: cinco millones de parados, parados que no se lo creen ni ellos, pues si eso fuera cierto estaríamos poco más o menos que en guerra.

Nos encontramos con el boom inmobiliario, fomentado por los gobiernos del Sr. Aznar y continuado por el Sr. Zapatero. Claro que el Sr. Aznar fue mucho más inteligente, pues para fomentar la construcción aprobó la Ley de Liberación del Suelo y venció y privatizó media España, sin que nadie advirtiera la habilidad del gobernante para hacer las cosas. Con el slogan "España va bien" cubrió hasta las enormes cantidades que se llevaron los Albertos de la Compañía Telefónica Nacional de España.


Mientras estuvo funcionado la construcción  todo fue bien, hasta el punto que los grandes constructores se llevaron el dinero a paraísos fiscales, mientras sus empresas entra en eres o en quiebra. Estas son cosas que suelen pasar en nuestro país muy a menudo y nadie pone remedio. Recuerdo la expropiación de Rumasa por el eminente economista Sr. Boyer. Los españoles pagamos los platos rotos y el Sr. Ruiz Mateos se llevó su dinero al extranjero y, lo que es peor todavía, como le fue bien, ha vuelto a las andanzas con su Nueva Rumasa, donde, posiblemente, no sólo estén enganchados los ciudadanos de clase media-alta, sino que también habrá más de un pequeño ahorrador pillado.

Sueño con que un día en mi país haya un gobierno tan fuerte que termine con el abuso de los paraísos fiscales, donde nuestros condecorados deportistas tienen su dinero y, en bastantes casos, su residencia, al igual que latifundistas se suelen hacer un hueco para atesorar lo que nos roban a los trabajadores que, en definitiva, somos los que hacemos religiosamente nuestra declaración de la renta, sin equiparnos en un solo céntimo, pues de lo contrario la pasan a la inspección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario