Javier Aureliano García
Diputado provincial electo
Ya es hora de que la Diputación sirva y de que no se sirvan más de ella. El Partido Popular tiene por delante la misión y el compromiso de recuperar cuanto antes para la Diputación de Almería el prestigio, el respeto y el crédito que la mala gestión de los socialistas les ha arrebatado durante estos últimos ocho años. Para ello se ha puesto al frente de la tarea a la persona que más capacidad tiene para ello: Gabriel Amat. En el alcalde de Roquetas y presidente del PP de Almería se aúnan las facultades necesarias para ello, porque a lo largo de las últimas décadas ha acreditado suficientemente su capacidad de trabajo, su vocación de servicio y su preocupación por resolver los problemas reales de los almerienses.
Por eso no sólo estoy convencido de que es el presidente que la Diputación de Almería necesita, sino que va a ser la persona que va a devolver a esta importante institución al camino de la prestación eficaz de servicios, generación de inversiones productivas y en definitiva, del desempeño de las funciones y atribuciones que hacen de la Diputación una herramienta de servicio con capacidad de ofrecer respuestas rigurosa a los almerienses. Se va a acabar, por tanto, la época del descrédito y desmorone de los principios de servicio público que provocó el PSOE con sus intereses partidistas e infames pactos. Se acabó el descontrol y el despilfarro, los excesos y la falta de seriedad.
Para ello el nuevo equipo de trabajo del Partido Popular cuenta con el principal activo de la Diputación provincial, que son sus funcionarios y trabajadores. A todos ellos quiero agradecer su predisposición a arrimar el hombro en esta nueva etapa, en la que no tendrán que sufrir la presencia vigilante de comisarios políticos que fiscalicen y maticen su actuación en todo momento. La llamada a la austeridad y a la necesaria contención del gasto nos permitirá prescindir de figuras tan innecesarias como poco deseables en el buen funcionamiento de una institución modélica en tantas cosas como nuestra Diputación. No habrá más que un color en la Institución, y ése no será otro que el de Almería.
Queremos gobernar con todos y a todos por igual, independientemente del color político de cada uno. Y en esa importante tarea que tenemos por delante, la figura de Gabriel Amat es clave para proyectar y sostener el cambio que la Diputación reclama. Amat es un hombre que no tiene horas, ni días, ni fiestas, ni vacaciones, cuando se trata de trabajar para resolver un problema o cerrar una gestión necesaria para los vecinos. Los trabajadores del Ayuntamiento de Roquetas lo saben bien. Lo saben también los vecinos de su pueblo y las personas que, como yo, trabajamos con él a diario. He aprendido muchas cosas de él en todo el tiempo que llevo a su lado en la secretaría general del PP. Me ha trasladado su determinación, su firmeza, su cercanía y su generosidad. En definitiva, he aprendido de él buena parte de todo lo que ahora sé de cara al trabajo de las administraciones públicas.
Gabriel es un hombre que ha volcado en su vida laboral sus tres pasiones personales: su familia, su pueblo y su provincia. Y del mismo modo que hoy no es posible entender a Roquetas de Mar sin tener en cuenta el paso y el peso de su gestión al frente del Ayuntamiento, estoy convencido de que el futuro nos permitirá decir lo mismo de la Diputación Provincial de Almería. En ese camino de recuperación y en ese horizonte de esperanza para la Diputación quiero ponerme a las órdenes de su futuro presidente para, a su lado, hacer valer mi firme compromiso de trabajo y servicio por todos y cada uno de los pueblos de Almería.
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