Francisco Vargas
Presidente de la sectorial de hortalizas de ASAJA Nacional
Presidente de ASAJA Almería
Presidente de la sectorial de hortalizas de ASAJA Nacional
Presidente de ASAJA Almería
Ante el conflicto causado por la bacteria E-coli la UE ha puesto en marcha los mecanismos de gestión de crisis previstos en la OCM de frutas y hortalizas. Se trata de la retirada, la cosecha en verde y la no cosecha. Además se pueden acoger a estos mecanismos para gestión de crisis los productores de pepino, tomate, lechuga, calabacín y pimiento ya sean pertenecientes a Organizaciones de Productores o agricultores individuales.
A estos datos hay que añadirle el precio que se va a recibir en cada una de las medidas ya que el agricultor con cultivo “vivo” puede acogerse a una de ellas o a varias, según las circunstancias de cosecha y decisiones empresariales que éste tome. Según la propia publicación realizada por la UE en su diario oficial, se pagará por cada cien kilos de producto (para los cinco productos) las cantidades siguientes: tomate 33,20 €, lechuga 38,90 €, pepino 24,00 €, pimiento 44,40 € y calabacín 29,60€, y por hectárea que se coseche en verde o se renuncie a efectuar cosecha la cantidad oscila desde los 11.892,07 € para calabacinos hasta los 26.418,04 € para tomate.
Todo esto está más que sabido porque han sido muchas las publicaciones habidas en los últimos días de estos datos. Pues bien, si esto es oficial y según el propio comisario Ciolos no se bajará el precio a percibir por el agricultor, nos da cierta estabilidad a la hora de tomar decisiones. Digo esto porque, como cada día miro la pizarra de precios percibidos por el agricultor, al comprobar que se está vendiendo por debajo de estos precios no puedo menos que echarme las manos a la cabeza y hacer la siguiente reflexión: ¡ Somos tontos!
Parece que sí porque si podemos tener un precio mayor por nuestro producto, ¿por qué lo estamos vendiendo más barato? Será porque no confiamos en los mecanismos de la UE o será porque me han engañado tantas veces que ya nos declaramos escépticos por naturaleza. Lo cierto es que vendiendo tomates a 5 céntimos cuando podemos percibir 33 no parece que estemos haciendo buena gestión empresarial, y esto sucede con calabacín, pimiento, etc.
Los mecanismos puestos en marcha tienen como función principal recuperar el mercado y garantizar que se ajusta la demanda del momento con la oferta, y máxime en momentos como estos donde lo importante no es poner producto en el mercado a bajo precio, lo importante es recuperar la confianza del consumidor, y para ello lo que se tiene que garantizar es la calidad del producto y la profesionalidad de los agricultores.
Pues bien, quizás alguien podría incluso estar pensando que de las crisis pueden aparecer nuevos negocios y por ello quizás podrían tener la tentación de comprar producto afectado por esta crisis y llevarlo a retirada, ¡no estarían haciendo nada ilegal! Y por el contrario parece que sería más rentable que invertir en bolsa o comprar fondos de inversión ¿dónde se podría conseguir una rentabilidad igual?
Creo sinceramente que los agricultores tenemos que ser los que recibamos la indemnización por el daño que se nos ha ocasionado, y por ello creo que cada agricultor tiene que hacer sus cuentas y ver qué le interesa porque el conjunto de los agricultores lo tenemos claro: “nos interesa vender lo justo y necesario para garantizar el consumo y recuperar el mercado, el resto hay que retirarlo”.
A estos datos hay que añadirle el precio que se va a recibir en cada una de las medidas ya que el agricultor con cultivo “vivo” puede acogerse a una de ellas o a varias, según las circunstancias de cosecha y decisiones empresariales que éste tome. Según la propia publicación realizada por la UE en su diario oficial, se pagará por cada cien kilos de producto (para los cinco productos) las cantidades siguientes: tomate 33,20 €, lechuga 38,90 €, pepino 24,00 €, pimiento 44,40 € y calabacín 29,60€, y por hectárea que se coseche en verde o se renuncie a efectuar cosecha la cantidad oscila desde los 11.892,07 € para calabacinos hasta los 26.418,04 € para tomate.
Todo esto está más que sabido porque han sido muchas las publicaciones habidas en los últimos días de estos datos. Pues bien, si esto es oficial y según el propio comisario Ciolos no se bajará el precio a percibir por el agricultor, nos da cierta estabilidad a la hora de tomar decisiones. Digo esto porque, como cada día miro la pizarra de precios percibidos por el agricultor, al comprobar que se está vendiendo por debajo de estos precios no puedo menos que echarme las manos a la cabeza y hacer la siguiente reflexión: ¡ Somos tontos!
Parece que sí porque si podemos tener un precio mayor por nuestro producto, ¿por qué lo estamos vendiendo más barato? Será porque no confiamos en los mecanismos de la UE o será porque me han engañado tantas veces que ya nos declaramos escépticos por naturaleza. Lo cierto es que vendiendo tomates a 5 céntimos cuando podemos percibir 33 no parece que estemos haciendo buena gestión empresarial, y esto sucede con calabacín, pimiento, etc.
Los mecanismos puestos en marcha tienen como función principal recuperar el mercado y garantizar que se ajusta la demanda del momento con la oferta, y máxime en momentos como estos donde lo importante no es poner producto en el mercado a bajo precio, lo importante es recuperar la confianza del consumidor, y para ello lo que se tiene que garantizar es la calidad del producto y la profesionalidad de los agricultores.
Pues bien, quizás alguien podría incluso estar pensando que de las crisis pueden aparecer nuevos negocios y por ello quizás podrían tener la tentación de comprar producto afectado por esta crisis y llevarlo a retirada, ¡no estarían haciendo nada ilegal! Y por el contrario parece que sería más rentable que invertir en bolsa o comprar fondos de inversión ¿dónde se podría conseguir una rentabilidad igual?
Creo sinceramente que los agricultores tenemos que ser los que recibamos la indemnización por el daño que se nos ha ocasionado, y por ello creo que cada agricultor tiene que hacer sus cuentas y ver qué le interesa porque el conjunto de los agricultores lo tenemos claro: “nos interesa vender lo justo y necesario para garantizar el consumo y recuperar el mercado, el resto hay que retirarlo”.
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