Antonio Felipe Rubio
Periodista
Josep Antoni Duran i Lleida ha criticado las medidas anunciadas por Griñán de dotar con 400 euros para rescatar a los chavales que prefirieron dejar los estudios y se apuntaron al ladrillo para cobrar 4000 euros al mes. Ahora, con la crisis, estos jóvenes que, por cierto, aún conservan el Porsche 911 y la megatelevisión LED en 3-D, se les va a dar una segunda oportunidad para retomar los estudios al fracasar la atractiva experiencia del sueldazo en el sector de la construcción. El problema, entiendo, es que alguno de estos jóvenes logre licenciarse en alguna disciplina que, de encontrar trabajo, le dote con un sueldo decente y acorde con el esfuerzo realizado. Esa es otra historia.
Volviendo al político catalán, ha llamado ni-ni (ni estudia-ni trabaja) a este sector que pretende acaparar la Junta de Andalucía con intenciones ventajistas ya que la Junta, dice, está en “vigilia electoral”. O sea, que Duran i Lleida ha calificado esta medida como de indudable intención electoralista.
Evidentemente, los meses que faltan para las elecciones autonómicas van a ser de lo más creativo e ingenioso para el PSOE andaluz, pues estos procedimientos de aproximación a ciertos sectores del electorado ya han sido suficientemente ensayados por el laboratorio social de un partido que se ha mantenido en el poder por espacio superior a los treinta años. Y no me negarán que durante treinta años, haciendo alambicados experimentos en la probeta andaluza, hay tiempo como para extraer consecuencias y conformar un formulario de reacciones favorables y desfavorables a los intereses del Partido Socialista Obrero Español.
Por cierto, ¿saben cómo se llama la iniciativa de ayudas a los jóvenes andaluces? Pues se llama Programa de Segunda Oportunidad al Estudio. A ver. La “P” de programa; la “S” de segunda; la “O” de oportunidad; la “E” de estudio. Y ahora, juntemos las letras de las siglas… ¡coño! Sale PSOE. Ya les digo, unos monstruos.
Volviendo al político catalán, ha llamado ni-ni (ni estudia-ni trabaja) a este sector que pretende acaparar la Junta de Andalucía con intenciones ventajistas ya que la Junta, dice, está en “vigilia electoral”. O sea, que Duran i Lleida ha calificado esta medida como de indudable intención electoralista.
Evidentemente, los meses que faltan para las elecciones autonómicas van a ser de lo más creativo e ingenioso para el PSOE andaluz, pues estos procedimientos de aproximación a ciertos sectores del electorado ya han sido suficientemente ensayados por el laboratorio social de un partido que se ha mantenido en el poder por espacio superior a los treinta años. Y no me negarán que durante treinta años, haciendo alambicados experimentos en la probeta andaluza, hay tiempo como para extraer consecuencias y conformar un formulario de reacciones favorables y desfavorables a los intereses del Partido Socialista Obrero Español.
Por cierto, ¿saben cómo se llama la iniciativa de ayudas a los jóvenes andaluces? Pues se llama Programa de Segunda Oportunidad al Estudio. A ver. La “P” de programa; la “S” de segunda; la “O” de oportunidad; la “E” de estudio. Y ahora, juntemos las letras de las siglas… ¡coño! Sale PSOE. Ya les digo, unos monstruos.
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