Juan Pardo
PDL Zurgena
Gobernar con mayoría absoluta es la forma más cómoda de gobernar, aunque no sea la más fiable para el pueblo. Todo se convierte en subjetivo, oscuro y favorecedor de amigos de la causa ajena. Pero no es la única. Felipe González no tuvo mayoría absoluta en su última legislatura (1993-1996). Por cierto, fue un desastre. El Partido Popular de Aznar, en su primer mandato (1996-2000), tuvo que gobernar en coalición con CiU, PNV y Coalición Canaria. Como el pacto que originó dicha coalición era transparente, las siguientes elecciones se las llevó de calle con 181 diputados.
Actualmente, Zapatero lleva siete años ”gobernando” con el respaldo del grupo socialista y distintas bandas de músicos que cada vez que pactan ponen el cazo. No se me olvida a Coalición Canaria, votando la subida del IVA. Canarias es la única comunidad autónoma que está exenta de dicho impuesto.
En definitiva, se puede gobernar sin tener mayoría absoluta. Es más, la elección del modelo electoral español, de carácter proporcional, supone una decantación por mapas electorales sin partido hegemónico. Recientemente, el debate surgido a partir de las reivindicaciones del movimiento 15-M, exigiendo dar más voz a los minoritarios, es una apuesta por parlamentos fragmentados, regidos por alianzas. Y esa es la cuestión: se puede gobernar en minoría, pero con la condición de llegar a acuerdos con los partidos de oposición. Esa fue la opción seguida por González, Aznar y Zapatero cuando no gozaron de mayoría suficiente para gobernar solos.
Al principio de la legislatura, se deben hacer las coaliciones, nunca en determinados momentos de la misma, como cuando toca aprobar la Ley de los Presupuestos. Este modelo es el principal factor de la ruina de España. Además, solo favorece a los nacionalistas “concentrados”. Zapatero, con mal criterio, lleva dos legislaturas acogiéndose al formato de la “geometría variable”, un método que consiste en establecer vínculos para cada cuestión concreta, cambiando de socios según la materia a pactar. IU, ERC, CiU, PNV y Coalición Canaria permitieron al actual presidente de Gobierno llevar iniciativas muy distintas, que van desde el “Estatut” hasta las leyes de presupuestos, pasando por la reforma laboral y el recorte de sueldos a los funcionarios. Tanto se hagan alianzas al empezar el mandato o se alcancen acuerdos durante el mismo, la clave está en la disposición al pactar. Ese ánimo lo tiene que tener el Gobierno, pero no sólo. Con una oposición cerrada a cualquier propuesta no es posible gobernar sin mayoría absoluta. Si se paralizan todas las iniciativas del Gobierno caben dos caminos: una mayoría alternativa o elecciones anticipadas.
De modo que las dos alternativas pueden ser buenas. Aznar con minoría en la primer legislatura, pero con mucha mesura a la hora de pactar, ganó la segunda con mayoría aplastante; todo lo contrario a Felipe González.
Ahora bien, lo que nunca se puede hacer es “comprar” a la oposición, entre otras cosas, porque cada vez pide más y más. Hay muchos casos, pero me voy a centrar en el que vivo porque aquí nací. La Diputación de Almería tiene mayoría aplastante, por tanto, gobierna en la mayoría de los pueblos. Pero la avaricia de su Vicepresidente o el dinero “B” que recauda de los pactos puede que echen al traste la primera voluntad de los votantes.
En la cuenca del Almanzora, de nueve alcaldes del PP, cinco han sido militantes del PSOE; dos de ellos los menos votados, y también son alcaldes. ¿No es mosqueante? Evidentemente, si.
En uno de ellos, Zurgena, Javier Aureliano García, Secretario General del PP y Vicepresidente de la Diputación, se ha pasado. Este Ayuntamiento, famoso por la Operación Costurero, tuvo unos resultados electorales un poco atípicos, PA y PSOE cuatro concejales cada uno y PP tres. Lo más normal es que se entendieran andalucistas y socialistas, ¿verdad? No, este individuo ha comprado a los andalucistas y ha puesto a su alcalde y teniente de alcalde con un sueldo de ocho y cinco millones de pesetas cada uno. No contento con esto y habiendo procesos abiertos, ha ordenado que bajo ningún concepto se audite el Ayuntamiento.
Yo soy empleado público de ese ayuntamiento. Dije y digo: Faltna más de 4.000 millones de pesetas en las arcas municipales. Además, empleados a los que le faltan 18 años de cotización a la Seguridad Social y ya que ni cobren ni estén dados de alta... Observad hasta qué punto llega la corrupción en este Ayuntamiento que en este punto hasta el PSOE se abstiene.
Con tantos indicios, no se puede negar una auditoría económica y de gestión, de ninguna de las maneras. Puedo pensar y pienso que es parte interesada, o sea, otro Costurero. Supongo que de las tropelías de este pájaro no sabrá nada Arenas. Pero Almería es de paridad/par 6 diputados, o sea, que para sacar 4/2 tiene que sacar 7 votos por cada 3 del PSOE y la cosa puede estar en mil o dos mil votos.
Si ya estaba indignado, me faltaba ahora el porteador de esclavos, Javier Aureliano. ¿Cómo un individuo como éste puede ser Vicepresidente de la Diputación Provincia de Almería?
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