José Fernández
Periodista
Una de las circunstancias más irritantes y comunes en las diferentes parrillas o programaciones televisivas es la sobreabundancia de concursos estúpidos en donde se premia y ensalza la extravagancia y el despropósito, con el no disimulado fin de ridiculizar y escarnecer a los desventurados concursantes. Puestos a destacar, los participantes tratan de conseguir la interpretación más llamativa o la pirueta más alocada con el fin de superar a sus rivales y alzarse con el premio, lo cual acarrea sus riesgos. La reacción que, al otro lado de la pantalla, producen estas actitudes, oscila entre la piadosa compasión y la alarma traumatológica, porque cuando uno ve las evoluciones de esos esforzados buscadores de premios, lo normal es pensar que algún día alguien se matará en el necio afán de agradar al jurado. Y eso ha estado ya a punto de pasar.
Uno de los concursantes del programa “Tú sí que vales”, que se emite en Tele5, hubo de ser trasladado al hospital después de partirse los dientes y la nariz al fallar en una de las acrobacias con las que trataba de ganar el concurso. Lo más curioso es que la poco escrupulosa cadena no haya empleado todavía la secuencia del galletón como reclamo o promoción de sus programas. “Nuestros concursantes se parten la cara por nosotros” podrían decir, con literal aprovechamiento del incidente. De momento la cosa no ha pasado de necesitar los cuidados de un cirujano maxilofacial, pero me pregunto si nadie va a parar esta espiral del “más absurdo todavía” hasta que lo que necesite el concursante fallido sean los servicios de un buen tanatopractor que le saque favorecido en su funeral. “Estrellas estrelladas” podrían llamar al programa.
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