Incompatibilidades

Kayros
Periodista

El pasado fin de semana tuvo lugar en Roquetas una avería en la red de abastecimiento de agua con los trastornos hogareños que cualquiera puede suponer. En realidad son accidentes fortuitos que suceden tanto en las mejores familias como en los ayuntamientos bien gobernados. Sin embargo, yo que suelo oír hablar a la gente, escuché suaves lamentaciones sobre los muchos cargos de Amat que lógicamente no tiene el don de la ubicuidad. Ya conocen la maldición del gitano al policía, así tenga usted un reventón que haga guardia en cinco calles a la vez. No le deseamos a Amat semejante percance.

Pero ser alcalde, presidente de la Diputación, presidente provincial del partido y ahora tal vez diputado andaluz conlleva multiplicarse por cuatro o cinco a despecho de los vecinos que se han acostumbrado a él y no admiten fotocopias. Hay quien dice que Javier Arenas es capaz de defender al mismo tiempo una tesis y su contraria. En 2004 parece que defendió frente al PSOE el principio de “cada persona un cargo”. Hoy sin embargo, dice que es “una tropelía injusta” la exclusión de los alcaldes del Parlamento Andaluz. Miren ustedes, al margen de lo que piense cada partido, yo, como ciudadano independiente, no puedo comprender que todos los trabajadores seamos incompatibles menos los políticos. Esto es para irritar a cualquiera y muchísimo más cuando no se les cae de la boca predicar la austeridad. ¿Acaso es humano que Amat, a su edad, se levante temprano, desayune, trabaje ocho horas en la Diputación, recorra los ciento y pico pueblos, se reúna en maitines con la ejecutiva del partido, prepare su viaje a Sevilla donde le espera una interesante intervención y luego se vuelva a Roquetas para enterarse que cuarenta mil vecinos no tienen agua corriente? Es demasiado, oiga. No vale dejar una pandilla de liberados. Los roqueteros quieren a su alcalde fetén, no a un muñeco parlante comprado en los chinos.
(La Voz de Almería)

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