Los asesores de Diputación

Juan Torrijos
Periodista

Los asesores de Diputación han dejado de ser un problema, o eso parece tras la renovación llevada a cabo por el nuevo equipo de gobierno. Cincuenta se han quedado en el camino. Lo de Juan Carlos Usero y Pepe Añez con los asesores no tuvo nombre en la corporación pasada. Han jugado con el dinero de los pueblos, la Cámara de Cuentas los pone a los pies de los caballos y ellos ni se inmutan. Algún día los políticos tendrán que pagar por su irresponsabilidad a la hora de gestionar el dinero público.

Volvamos: No está mal el primer paso dado por Gabriel Amat al prescindir de ese importante número de asesores, demostrado además que no cumplían con su trabajo en la Diputación, pero lo más importante, y lo decíamos hace unos días, son las obras y nuevos modos a imponer en Diputación sobre el resto de los pequeños pueblos, a los que la institución debe entregar su trabajo. Está bien ahorrar dinero en tiempo de crisis, pero es mejor invertir e invertir bien en intentar mejorar la vida de los almerienses que viven en los pequeños municipios.

Recuerdo unas declaraciones de don Gabriel antes de tomar posesión sobre algunos organismo de la institución, no eran entonces oportunas, pero es el momento de saber qué piensa hacer con ellos y con algunos proyectos que en tiempos de crisis, caso de cortos y festivales no tienen mucha cabida en el presupuesto. Parece increíble de creer, pero hay pequeños pueblos con problemas en el suministro de agua y núcleos urbanos a los que no ha llegado aún la luz. La primera obligación de la Diputación deben ser los ciudadanos almerienses de esos municipios.

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