Ante la vanidad, silencio

Rafael Leopoldo Aguilera

Director del IEA (Instituto de Estudios Almerienses)

Nota de la Redacción: Este artículo de Rafael Leopoldo Aguilera es en respuestas al insertado en La Opinión de Almería por Kayros, que está igualmente disponible para su lectura.

Me llama la atención cómo articulistas de reconocido prestigio expresan con pluma brillante,  suma alegría y perversión literaria sus opiniones acerca de personas dirigentes de instituciones,  a las que no conocen absolutamente de nada, y todo por un afán de estar aferrados al anacrónico pasado de sus historietas y de traficar con el conflicto. Alguien que ha dicho que “La sociedad almeriense ha sido siempre muy cerrada al estar dominada fundamentalmente por esa burguesía conservadora y también por la influencia de la Iglesia”, es más propio del programa “La Noria” de Telecinco, que de una visión crítica de seguir avanzando, en un sentido vanguardista, de lo que las generaciones actuales nos exigen a los cargos institucionales.

Por lo que sea, percibo, visualizo, que hay muchos individuos que tienen un enconamiento resentido a su pasado, que forma parte de su estructura mental, y que lo único que hacen a través de su don de la palabra es seguir creyendo que la beligerancia en la cultura es el método más apropiado e idóneo para que las generaciones actuales de la comunidad educativa se acerquen con sensibilidad y sentimiento, no nostálgico, sino realista y creativo, a aportar sus ideas y creaciones para seguir caminando en nuestro saber colectivo como almerienses.

Que no se preocupe el Sr. Antonio Fernández Gil, Kairos, que no me voy a vestir con el traje típico almeriense, pero que si fuese necesario o alguien me lo pidiese lo haría, porque esto también es cultura, nuestra cultura, nuestra tradición, nuestro pasado, al que no voy a renunciar, porque no tengo ningún trauma, y porque lo popular no está reñido con la sapiencia y la sabiduría de quienes se dedican a otras disciplinas, científicas o empíricas, del conocimiento de la sociedad almeriense.

Por supuesto, sí a la piedad popular, sí al mundo del toro, sí al flamenco, sí a las tradiciones más populares de nuestra provincia de Almería, y por supuesto, sí a la educación, entendida ésta como un proceso de socialización de los individuos. La cultura como medio de alcanzar la educación para aprender y asimilar conocimientos, y tener una concienciación cultural y conductual, donde las nuevas generaciones adquieren los modos de ser de generaciones anteriores.

Paz y bien, y un saludo afectuoso, sabiendo que las puertas de la institución están no sólo abiertas, sino que no se cerrarán a nadie por ningún motivo, y serán bienvenidas y bien halladas todas aquellas personas, jóvenes y mayores, mujeres y hombres, personas físicas o jurídicas, creyentes y ateos, cofrades o  no cofrades, taurino y no taurinos, pero por encima de todo almerienses, que quieran aportar sus ideas, sus creaciones, y supongan un valor añadido para la visión socio-cultural de nuestra amada Almería, y crear la  marca cultural del IEA como foco cultural y centro de estudios locales basado en los principios de pluralidad y el respeto.