Autovía del agua

Diario de Almería

Editorial

 

La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, inauguró ayer en Sopalmo (Mojácar) las conducciones de agua que permiten conectar la desaladora de Carboneras con la de Cuevas del Almanzora -ya finalizada- y que entrará en servicio antes de que acabe el año. La infraestructura, que ha supuesto una inversión de 87 millones de euros, ha sido desarrolada a través de la Sociedad de Aguas de la Cuenca del Mediterráneo (Acuamed) y permitirá garantizar el servicio a más de 150.000 personas de los doce municipios que conforman la comarca, población que se duplica en la temporada estival. También despeja todas las dudas que pudieran tener los agricultores para mantener el desarrollo de sus cultivos bajo plástico y al aire libre en tiempos de sequía. Las conducciones, como muy bien dijo la ministra, ofrecen a los ciudadanos fuentes alternativas y complementarias de suministro, dando respuesta a las demandas generadas en cada momento.

 

La desaladora de Carboneras, en marcha desde hace casi una década tiene una capacidad de 42 hectómetros cúbicos y la de Cuevas del Almanzora, ya concluida, producirá a partir de otoño 20 hectómetros cúbicos más. La suma de ambas acaba de un plumazo con cualquier atisbo de sequía, además de que la conducción -y es muy importante-, puede impulsar el agua en uno u otro sentido. El esfuerzo de las administraciones, por tanto, loable y necesario. Nadie habló ayer del precio del metro cúbico de agua, muy superior a la que se extrae de pozos, y tampoco de que la desaladora de Carboneras lleva casi una década funcionando al ralentí, a menos del 5% de su capacidad con la ingente inversión que se ha hecho.

 

Ahora, con las infraestructuras de conducción terminadas, habrá que buscar el uso de la obra, la búsqueda de los mejores precios y, lo que parece vital, la mejora de los regadíos para aprovechar cada gota de agua -como se hace habitualmente- y, si es posible, acercar los precios al valor de los productos, para ser rentables.