Blas Infante, 75 años

Antonio L. Calderón
Presidente del Foro Aben Humeya

El 10 de agosto de hace 75 años, un pelotón de hombres sin almas contrarios a la legalidad establecida, en el kilómetro cuatro  de la carretera de Carmona, asesinaron a Blas Infante Pérez. Su delito: luchar por Andalucía, nuestra tierra. Este pequeño relato es ya suficientemente conocido, las causas y la titánica  obra de Blas Infante también y como cada 10 de agosto, para otros el 11 de agosto, se organizarán actos en su menoría y ensartará lo que  significa su legado cultural y político. Cada cual intentará sacar rédito a su obra, intentando asimilar la parte de la obra que más les convenga, pues lamentablemente la obra de Blas Infante la han  convertido en un cajón de sastre  en el que cada uno puede hacer su propio traje. Y no es verdad, solo desde la manipulación, el engaño o la ignorancia se puede sacar esa conclusión. En cualquier caso, todo eso forma ya parte de todos nosotros.

También estos días recordamos y lamentamos la muerte de Enrique Iniesta, uno de los mejores conocedores de la obra y pensamiento de Don Blas. Merece la pena recordar que el día 2 de marzo de 2008 en el mitin final de Coalición Andalucista, celebrado en Utrera, con la salud ya muy quebrantada, apenas sin poder expresarse, pero muy consciente y emocionado, Enrique Iniesta entregó al Partido Andalucista todo su Fondo Documental sobre Blas Infante con el compromiso de que quedase en manos andaluzas y un día pueda ser conocido por todos los andaluces.

Sabemos el resultado de aquellas elecciones y lo que desgraciadamente supusieron para Coalición Andalucista en general y muy especialmente para el P. A. Nos preguntamos: ¿qué ha sido y dónde y en qué condiciones de conservación está ese Fondo?

Nunca interesó al P.A. ni a sus intelectuales avanzar en el conocimiento y compromiso de Blas Infante sobre Moriscos, Andalusíes e Islam. Las referencias y motivos de sus viajes iniciáticos a Agmat (Marruecos) y a Silves (Algarve) son tratados muy por encima y, si se puede y la mayoría de las ocasiones, ignorados.

Lamentablemente la familia de Blas Infante nada tiene que ver con la de otro Presidente, Lluis Companys, también fusilado por el régimen franquista. La familia de Companys siempre son los primeros en la defensa de una Catalunya Soberana. Lamentablemente no podemos decir lo mismo de ningún descendiente directo de Don Blas.

Desde nuestra reivindicación como morisco (él mismo lo dejó escrito), pedimos a los depositarios del Fondo de Don Blas Infante que se pongan a disposición de todos los andaluces esa documentación que nos dé a conocer por las notas manuscritas el verdadero pensamiento y opinión de lo aspiraba y por lo que murió. Por ejemplo, más información sobre el Congreso de Dheli, al que asistió el olvidadísimo Abel Gudrá y sobre el que se publicó el manifiesto de la Junta Liberalista de 1 de mayo de 1931. «La sublevación de la India es un episodio de la gran batalla. Las agitaciones de África, lo son también. ¡Desengañaos! Nada adelantarán los pueblos esclavizados de Afro-Asia, mientras no llegue a abrir los ojos, nuestra cabeza, Andalucía!. También Don Blas cita el texto en El Complot de Tablada.

Hoy, 75 años después, estamos en plena reivindicación de la memoria histórica, en la que, entre otras cosas y quizá la más importante, es encontrar el lugar donde se encuentran los restos de cientos de hombres y mujeres que fueron asesinados indignamente por las fuerzas rebeldes y contrarias a las leyes de la época, para descanso espiritual y moral de su descendientes y el honor que merecen sus restos. Acepto, con matices,  que en ambos bandos se produjeran tropelías, y aunque el fin no justifica los medios,  que no nos engañen,  mientras unos defendían o simpatizaban con la legalidad, otros solo pretendían y lo consiguieron la oscuridad  y el terror.

Entre los cientos de miles de restos de desaparecidos, al menos públicamente, se encuentra los restos de Blas Infante. Si,  los restos  del Padre de la Patria Andaluza. Los ciudadanos andaluces no sabemos nada. Acudimos a reivindicar su memoria, como se ha señalado antes, al kilómetro cuatro de la carretera de Carmona. El Parlamento Andaluz lo proclamó   padre de la Patria, y se ha solicitado ante las instancias judiciales y políticas la anulación de la sentencia de muerte y la sanción económica impuesta. Pero, ¿y su tumba, dónde está? ¿Se sabe o no se sabe?, ¿por qué en nuestra tierra nadie, instituciones, partidos, su familia, la fundación que lleva su nombre, las organizaciones que reivindican la Memoria Histórica, etc.,  no reivindican encontrar los restos de Blas Infante?

Es cierto que Blas Infante no militaba en el socialismo, ni en el comunismo, ni en el anarquismo; militaba simplemente en la consecución de un Poder Andaluz, pero creo que esa no debería ser la razón para continuar ignorando dónde se encuentran sus restos. No creo que el encontrar sus restos sea más complicado o difícil que el de otros. Tampoco significará, cuando se encuentren, ningún cambio cuantitativo ni cualitativo en la realidad andaluza. Simplemente nos permitirá saber dónde se encuentran y poder poner en su tumba un clavel o un geranio. 

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