Ginés Valera Escobar
Técnico General de Administración Local
El Instituto de Estudios Almerienses (IEA) tiene como precedente la Sociedad de Estudios Almerienses surgida en 1910 a iniciativa de Martínez de Castro con el lema todo por Almería y para Almería. A semejanza de los ateneos decimonónicos, nació formalmente el IEA el 24 de julio de 1980 por acuerdo plenario de la primera Diputación democrática (UCD), en virtud de moción presentada por el entonces Diputado de Cultura José Miras Carrasco, ante la necesidad de aglutinar y programar las inquietudes y necesidades culturales y científicas de la Provincia que no cubría el Colegio Universitario de Almería. Sería en 1982 cuando se aprobaron los primeros Estatutos y el nombramiento de sus órganos de gobierno, siendo miembros de honor Ángel Tapia, Manuel Mendizábal, Manuel Ocaña, Hermano Rufino, Guillermo Verdejo y Jesús Pérez de Perceval.
Conforme a sus vigentes Estatutos de 2007, el IEA es un centro de estudios locales que tiene como fin propiciar y fomentar el desarrollo científico, cultural, artístico y socio-económico de la Provincia de Almería mediante la realización de estudios y proyectos; organización de actividades científicas, académicas y culturales (cursos, congresos, jornadas, exposiciones, itinerarios, presentación de publicaciones, recitales…); publicación y difusión de obras científicas, literarias y artísticas producidas por el propio IEA en sus colecciones o por Entidades o particulares; concesión de subvenciones a Revistas de ámbito local y becas para el mejor desarrollo de los valores almerienses; el asesoramiento técnico y la cooperación con otras Instituciones para estos fines.
Estructurado en seis departamentos (Arte y Literatura, Ciencias del Hombre y la Sociedad, de Ciencias y Tecnología, Ecología y Medio Ambiente, Geografía y Ordenación del Territorio e Historia) el plenario se compone actualmente por más de 400 miembros, cuyo requisito de admisión es ser persona de reconocida solvencia cultural o científica que desee participar en la consecución los fines propios del Instituto, pues desde el principio se optó por un modelo abierto, democrático y de cultura popular frente a una institución elitista formada sólo por los intelectuales oficiales. Tras algún que otro desencuentro, se ha producido un espectacular salto cualitativo y cuantitativo a lo largo de los 30 años de existencia, con logros reconocidísimos como la Revista Las Nuevas Letras, el Atlas Geográfico Provincial, el Diccionario Biográfico de Almería, la colección de Guías así como la custodia de los fondos documentales legados por Agustín Gómez Arcos, Naveros, Padre Tapia, Perceval, Goytisolo, Moreno Martín y Ángel Gómez. Pero fallidos fueron la exposición de Frisos del Castillo de Vélez Blanco y el Atlas Cultural Etnográfico e incompleta la Colección Historia de Almería.
Con un perfil de profesor o funcionario tecnócrata, de gestor pragmático pero a la vez con iniciativa y capacidad de transmitir entusiasmo por el proyecto cultural, miembro del IEA, investigador con currículo y fiel a la Institución, desde su constitución hasta la actualidad han ejercido la dirección del IEA Rafael Lázaro, Gabriel Núñez Ruiz, Gabriel Martín Cuenca, Francisco Andujar, Antonio Jesús Rodríguez, Valeriano Sánchez y Miguel Naveros. El flamante director del IEA, mi buen amigo Rafael Leopoldo Aguilera, une a todos estos requisitos su implicación en otros colectivos socioculturales.
Por ello, se espera impacientemente en su nueva etapa la consecución de retos tan esperados como generar demanda cultural sin sectarismos ni exclusiones, pluralidad y transparencia; agrupar en un Boletín electrónico y anuarios la respuesta de una suma de preocupaciones de distintos ámbitos culturales e investigadores; cierta descentralización; digitalización de los fondos con Biblioteca virtual; dinamización de la página web y apertura a las redes sociales; elaboración Catálogo Monumental Histórico-Artístico de la provincia de Almería (empezando por la Catedral). Pasando por la actuación concertada y la generación de sinergias con otras Instituciones o Entidades para optimizar recursos vía convenio, esponsorización o reparto de gastos en el ejercicio de funciones interdisciplinarias.
Y abrir el IEA a todas las disciplinas culturales para que tengan su espacio, como la religiosidad popular de gran aceptación, la tauromaquia y flamencología. A buen seguro que lo hará bien.
Conforme a sus vigentes Estatutos de 2007, el IEA es un centro de estudios locales que tiene como fin propiciar y fomentar el desarrollo científico, cultural, artístico y socio-económico de la Provincia de Almería mediante la realización de estudios y proyectos; organización de actividades científicas, académicas y culturales (cursos, congresos, jornadas, exposiciones, itinerarios, presentación de publicaciones, recitales…); publicación y difusión de obras científicas, literarias y artísticas producidas por el propio IEA en sus colecciones o por Entidades o particulares; concesión de subvenciones a Revistas de ámbito local y becas para el mejor desarrollo de los valores almerienses; el asesoramiento técnico y la cooperación con otras Instituciones para estos fines.
Estructurado en seis departamentos (Arte y Literatura, Ciencias del Hombre y la Sociedad, de Ciencias y Tecnología, Ecología y Medio Ambiente, Geografía y Ordenación del Territorio e Historia) el plenario se compone actualmente por más de 400 miembros, cuyo requisito de admisión es ser persona de reconocida solvencia cultural o científica que desee participar en la consecución los fines propios del Instituto, pues desde el principio se optó por un modelo abierto, democrático y de cultura popular frente a una institución elitista formada sólo por los intelectuales oficiales. Tras algún que otro desencuentro, se ha producido un espectacular salto cualitativo y cuantitativo a lo largo de los 30 años de existencia, con logros reconocidísimos como la Revista Las Nuevas Letras, el Atlas Geográfico Provincial, el Diccionario Biográfico de Almería, la colección de Guías así como la custodia de los fondos documentales legados por Agustín Gómez Arcos, Naveros, Padre Tapia, Perceval, Goytisolo, Moreno Martín y Ángel Gómez. Pero fallidos fueron la exposición de Frisos del Castillo de Vélez Blanco y el Atlas Cultural Etnográfico e incompleta la Colección Historia de Almería.
Con un perfil de profesor o funcionario tecnócrata, de gestor pragmático pero a la vez con iniciativa y capacidad de transmitir entusiasmo por el proyecto cultural, miembro del IEA, investigador con currículo y fiel a la Institución, desde su constitución hasta la actualidad han ejercido la dirección del IEA Rafael Lázaro, Gabriel Núñez Ruiz, Gabriel Martín Cuenca, Francisco Andujar, Antonio Jesús Rodríguez, Valeriano Sánchez y Miguel Naveros. El flamante director del IEA, mi buen amigo Rafael Leopoldo Aguilera, une a todos estos requisitos su implicación en otros colectivos socioculturales.
Por ello, se espera impacientemente en su nueva etapa la consecución de retos tan esperados como generar demanda cultural sin sectarismos ni exclusiones, pluralidad y transparencia; agrupar en un Boletín electrónico y anuarios la respuesta de una suma de preocupaciones de distintos ámbitos culturales e investigadores; cierta descentralización; digitalización de los fondos con Biblioteca virtual; dinamización de la página web y apertura a las redes sociales; elaboración Catálogo Monumental Histórico-Artístico de la provincia de Almería (empezando por la Catedral). Pasando por la actuación concertada y la generación de sinergias con otras Instituciones o Entidades para optimizar recursos vía convenio, esponsorización o reparto de gastos en el ejercicio de funciones interdisciplinarias.
Y abrir el IEA a todas las disciplinas culturales para que tengan su espacio, como la religiosidad popular de gran aceptación, la tauromaquia y flamencología. A buen seguro que lo hará bien.
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