Antonio Sevillano
Historiador
Se cumplen 35 años de la muerte del joven almeriense Javier Verdejo a manos de agentes del orden público que le acribillaron a balazos mientras escribía "Pan, trabajo y libertad" en una tapia de sun solar cercano a la playa de San Miguel de la capital almeriense. La Opinión de Almería se suma al recuerdo con este emotivo artículo de Antonio Sevillano publicado hoy en Diario de Almería.
No te olvidamos. Sí, somos muchos los que no olvidamos una de las páginas más negras de la historia de esta ciudad. Han pasado 35 años y el tiempo, afortunadamente, sirve de lenitivo al dolor como el mejor bálsamo. Tu muerte, Javier Verdejo Lucas, nos rompió el alma y abrió una herida profunda, como de puñalá trapera. Al caso, sin resolver ni juzgar, se le dio carpetazo alegando "homicidio involuntario". Que me disculpe la familia, la Judicatura y la propia Benemérita, pero para quienes seguimos su memoria, aunque hayamos perdonado (que ya es perdonar), resultó un asesinato alevoso. No se entiende de otra manera al tratarse de hombres experimentados, sin presión ni peligro externo alguno, a cielo descubierto… Afirmar como afirmó el gobernador Civil fascista de entonces -posterior magistrado del Supremo- que la muerte se produjo al resbalar un agente del orden y disparársele fortuitamente el arma, no deja de ser un atentado a la inteligencia o el afán de hacernos comulgar con ruedas de molinos.
Sucedió que en la madrugada del 13 de agosto de 1976. Un joven almeriense de familia burguesa, conservadora y acomodada, de 19 años, militante de izquierdas y estudiante de Biológicas en Granada, fue alcanzado por los subfusiles de una pareja de la Guardia Civil cuando intentaba escribir, en una pared del paraje zapillero de San Miguel, las palabras "Pan, Trabajo y Libertad". Se atisbaba a lo lejos la Democracia que pronto llegaría, pero en la Transición aún tiempo tuvieron para la execrable barbaridad. Coincidió con las vacaciones en Cabo de Gata del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, su esposa y una hija, proclamada Reina de las Fiestas en la Alcazaba.
Dos días después los aficionados al Flamenco estábamos citados al X Festival de Cante Hondo en la Piscina Sindical. José Menese -tan buen cantaor como comprometido con la Libertad y la Justicia- dejó prendido en el aire un grito estremecedor: su toná grande, Romance de Juan García.
Pese a los años transcurridos, lágrimas de sangre nos brotan cuando recordamos aquella velada rodeados de policías. Las palabras del de La Puebla de Cazalla se me marcaron a fuego y rabia: Quiero mostrar mi solidaridad con el pueblo de Almería por lo que hace dos días aquí ha ocurrido, un crimen. No puedo omitir que también el paisano José Sorroche tuvo la gallardía de grabar los tientos/tangos En la brisa huyendo (Sello Zafiro; letra Domingo Nicolás y el propio Sorroche), en memoria y honor del infortunado Javier Verdejo Lucas. A los vivos, salud; a los muertos, respeto:
Playica de San Miguel
se tiñó tu arena roja
con lo morena que es
Madre, madre, cuánta pena,
madre, madre, qué dolor,
que un grito de muerte,
en la orilla suena.
Mi testimonio de recuerdo a Javier Verdejo, q.e.p.d., y a su padre D. Guillermo Verdejo, Ex-Alcalde de la capital almeriense.
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