Y de la cultura, ¿qué?

Kayros

Periodista

Bien, ya verán ustedes como encuentran grandes sumas para tener entretenido al personal con los toros, las noches flamencas, los cantantes de moda durante la feria. Yéndonos tan mal la susodicha feria tampoco sería un disparate ajustar un poco el techo de gasto, como ahora se dice. Los indignados tradicionales -poetas, escritores, profetas del porvenir- o tienen mucho trabajo con los nuevos indignados del l5-M, o esperan su oportunidad para cuando pase el temporal. En esto se parecen a los inmobiliarios silenciosos.

Con tanta crisis y con tanto parado, da la sensación de que la cultura ya no importa, mejor la dejamos para después cuando haya que dar alguna medalla a algún servidor incansable del partido triunfador. Ni una palabra sobre cómo girará y quién habrá de dirigir la nueva era del PP en la Diputación. La cultura entraña un planteamiento del mundo, de la vida y de la historia. Por mucho que se asemejen en este momento PP y PSOE, por mucho que se crucen improperios unos y otros sobre asesores, corrupciones, promesas incumplidas etcétera lo cierto es que algo difieren en su concepción de la sociedad, lo que equivale al modo de estar en este mundo. Ese algo apenas lo distinguimos por culpa del mal estado de la economía, tema universal tras la globalización. Lo más que llega hasta nosotros es la supresión de jornadas, simposios, espectáculos por culpa del agotamiento de los presupuestos. De modo que si la cultura fue siempre la cenicienta azotada por la gran madrastra, hoy lo es mucho más. Abrid los periódicos y veréis que todo son quejas de directores, promotores, animadores de espectáculos culturales echándole a la economía la culpa de la parálisis. Es lo que dicen ahora algunos pinchauvas a los cuales tampoco les importó demasiado la cultura: “Si no hay un euro ni para un tinto de verano ¿cómo quieren que organicemos congresos sobre la ciencia?

Ahora bien, dinero para asesores nunca falta. La Cospedal parece que les ha subido el sueldo a los suyos en medio del clima de austeridad que nos invade. Y se diría que el personaje crucial del momento es Jordi Dan con su “veranito” trascendente. Tampoco falta para las televisiones autonómicas que en estos meses se convierten casi todas en un bostezo.
(La Voz de Almería)