Bisbal deslumbra durante tres días en Argentina con su acústico

Juan Folío
La Opinión de Almería

El periplo de David Bisbal por tierras argentinas le ha obligado a hacer parada y fonda de tres días en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires. Anoche fue las primeras de las sesiones, y como la de hoy y la de mañana, el cartel de "No hay entradas" se colocó hace tiempo.

Nuevamente David Bisbal deslumbró, en esta ocasión con un show acústico. Durante dos horas el almeriense homenajeó a grandes de la música con sus temas preferidos. En el repertorio del tour "Sin Mirar Atrás" se escucharon hermosas versiones de “Y si fuera ella”, de Alejandro Sanz, “Lucía”, de Serrat, “En un rincón del alma”, de Alberto Cortez, y “Adoro”, de Armando Manzanero.

"Con un sonido perfecto en una noche íntima, el andaluz enamoró con su voz a los presentes", dicen las crónicas de la prensa bonaerense. "Las mujeres cayeron rendidas, nuevamente, ante sus encantos. Los hombres no se guardaron aplausos y elogios a los oídos de sus parejas".

El conciereto se completó con los clásicos, como “Dígale”, “Quien me iba a decir”, "Silencio" y “Herederos” de la novela protagonizada por Romina Gaetani y Luciano Castro. "El delirio de las damas robó las sonrisas y agradecimientos de Bisbal", remata la prensa argentina.

El día 24, Carolina Domínguez escribe para Clarín:

Romántico. Sentimental. Así se puso David Bisbal. Si uno recordaba al chico simpático que cantaba Bulería, Bulería y Ave María cuándo serás mía, ahora deberá hacerse a la idea de que el pelilargo se transformó. O al menos quiere hacerlo, y eso es lo que demostró en su presentación acústica en el Gran Rex, el viernes.

" No esperen vueltas y patadas esta noche porque no va a haber ”, advirtió antes de explicar que haría un recorrido por clásicos de todos los tiempos, por los “ temas que enamoraron a nuestros abuelos ”. Claro que no se olvidó de los propios, aunque en versiones más cercanas al bolero. A pesar del aviso, los saltos y los bailes no faltaron y se agregaron a la voz potente de Bisbal y a una banda muy sólida.

El recital empezó con Almería, a puro flamenco. Bisbal dejó en claro que si quiere convertirse en un nuevo clásico romántico, lo hará sin dejar de lado su herencia.

El hit cien por ciento Bisbal llegó con Lloraré las penas , que dio lugar a la primera parada del recorrido. “Qué diferentes eran las letras de antes. Eran hermosas, inocentes, y me da pena no poder decirlas con nuestras parejas, pero por lo menos podemos cantarlas”, fue la introducción a Te quiero dijiste, de la mexicana María Grever.

Un sillón, candelabros, y cinco arañas creaban un clima intimista. El, de impecable traje negro y camisa blanca. Las fanáticas, enloquecidas. Los años ´60 trajeron el tema de Alberto Cortez En un rincón del alma . Después, el público se empezó a levantar de sus asientos, dejó atrás la seriedad y hasta recibió un ramo de flores de las fans. La alegría llegó definitivamente con Ave María , en una versión cercana al jazz.

Adoro , de Armando Manzanero fue la nueva parada, con un autor que hace imposible no recordar al Luis Miguel que en los ´90 dejó los ritmos movidos para meterse de lleno con el bolero, camino similar al que parece buscar Bisbal.

Después fue el turno de otro clásico, Lucía , de Joan Manuel Serrat, seguido de Dígame , para luego volver al viaje propuesto. “ Llegamos a los ´80 ”, dijo David, y cantó Luna , un tema de rock andaluz del grupo Alameda. El mismo estilo siguió con Al Andalus . Ya suelto, Bisbal bailó y pateó. Lo lleva en la piel, no puede evitarlo.

“ Qué noche, gracias Buenos Aires, gracias mi Argentina por haberme recibido abriendo el corazón ”, dijo, y después de despedirse, volvió para los bises, con Y si fuera ella, de Alejandro Sanz. Luego, expresó lo que parecía querer decir durante todo el recital: “ Así se enamoraba la gente en los ‘90. Cambiaron las letras pero dicen lo mismo. Deseo que un muchacho parecido a mí y en un lugar como éste diga que así se enamoraba la gente en 2011 ”, dijo como presentación de Mi princesa. Para cerrar, Herederos , el tema de la tira de El Trece, uno de los más coreados. Y en el final, el hit Esclavo de sus besos. Bisbal dejó en claro que su intención es convertirse en un clásico. Voz no le falta, ganas tampoco. El tiempo lo dirá.

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