Basilio Pozo-Durán
Escritor y Político
El desarrollo en Andalucía se ha dado a distinto ritmo y con distinta estrategia en la costa y en el interior. Andalucía sigue mirándose a sí misma buscando vertebrar su territorio conjugando el boom inmobiliario del turismo residencial de la costa con la innovación agroganadera del interior.
En ese reto por disminuir las desigualdades entre el interior y la costa, entre la Andalucía oriental y la occidental, los distintos proyectos de corredores ferroviarios se presentan como una herramienta fundamental e irrenunciable para el desarrollo de nuestra tierra.
Apostar por el transporte tanto de mercancías como de personas por ferrocarril es mejorar la conexión interna y externa de nuestro territorio. Y hacerlo con un objetivo claro: la igualdad, mejorando la calidad de vida de las personas vivan donde vivan, repartiendo más proporcionalmente las oportunidades de empleo y ayudando a fijar la población donde ya apenas hay jóvenes.
Por eso, agentes sociales, partidos políticos y Gobierno harían bien en no buscar un nuevo enfrentamiento entre la costa y el interior a cuenta de si el corredor ferroviario conectará Algeciras con el Levante o si lo hará con Madrid a través de Bobadilla. Las dos opciones son viables y necesarias. Que la segunda necesite de menos inversión y sea más factible a corto plazo no es motivo para retrasar más la integración de los puertos andaluces en el llamado 'corredor mediterráneo'.
Antequera, que ya forma parte del eje ferroviario transversal que unirá Sevilla y Granada, no puede dejar escapar esta oportunidad de convertirse también en punto transversal para unir y cohesionar más esas dos Andalucías, la de costa y la de interior, que deben ser una.
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