José Fernández
Periodista
Si algún mérito tenemos que reconocer a nuestros cargos públicos, el de la adecuación de sus criterios y opiniones a las necesidades coyunturales del momento es, probablemente, el más llamativo o extraordinario de todos. Donde dije digo, digo Diego; si te he visto, no me acuerdo y así, hasta colmatar la columna de rancia filosofía refranera.
En todo caso, si son seguidores habituales de la actualidad publicada estarán viendo estos días (probablemente sin la más mínima sorpresa) que los mismos que hace dos años mostraban un júbilo desbocado, universal y universitario por el anuncio de la Junta de Andalucía acerca de la casi inminente puesta en marcha los estudios de Medicina en Almería, solicitan ahora “prudencia”, cuando no se desentienden del asunto. “¿Medicina? ¿De qué medicina me habla?, ¿Quiere que le indique la farmacia más próxima?”.
Hace un par de años, unos pocos inasequibles al entusiasmo decretado poníamos en duda este nuevo anuncio previendo que la situación económica de nuestro gobierno autónomo no hacía albergar demasiadas esperanzas respecto a la viabilidad a corto plazo de un proyecto tan costoso. Naturalmente, nos tildaron de ser los aguafiestas fecales del festival de autofelicitaciones, pero el paso del tiempo ha venido a demostrar que lo que entonces podía ver cualquiera que no se viera obligado a ver visiones se está cumpliendo.
¿Quiere esto decir que esté en contra de la llegada de la facultad de medicina? Pues naturalmente que no. Es más, deseo que esté en marcha cuanto antes, para ver si la cátedra de endocrinología realiza un estudio sobre la indigestión que producen las piedras de molino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario