La petite bouffe

José Fernández
Periodista

El Gobierno de la Diputación acaba de hacer público que sus predecesores, el multiasesorado equipo presidido por el señor Usero, gastó hasta 95.743 euros en viajes, chuletones, suites presidenciales, gambas y vino durante la última edición del festival Almería en Corto. Ya vemos que el verdadero festival no estuvo en la pantalla del Cervantes. La descripción de los menús (algunos de ochenta euros por cabeza) y las cosechas escogidas debería hacernos albergar grandes reservas sobre el flexible modo en que algunos entendían el concepto "austeridad" en la etapa de gestión socialista de la Diputación.

Y es que el listado de dispendios perpetrados a cuenta del certamen cinematográfico recuerdan a aquella famosa y escatológica película de los setenta La grande bouffe, en la que unos tipos pasados de rosca decidían reventar comiendo y bebiendo. A los que defienden la cultura sobre el papel y no sobre el plato, les preguntaría a la luz de estos reveladores datos si no creen que hay gente que, bajo el intocable blindaje de ese sedicente "mundo de la cultura almeriense", se han dedicado a pasarlo estupendamente, a darse pisto y a mezclar ideología con grandes añadas descorchando nuevos y fascinantes estilos de vida.

El dinero público no es "de nadie", como sentenció la inolvidable ministra Maleni, sino de todos. Y hay que gastarlo de una manera respetuosa con el contribuyente. Estoy convencido de que también se puede defender la historia cinematográfica de Almería, promover los valores de los jóvenes realizadores y atender dignamente a los invitados sin protagonizar desparrames y derroches en unos tiempos tan malos para la lírica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario