Juan Torrijos
Periodista
El paisano con poderes en los madriles nos tiene acostumbrados, cada vez que aparece por nuestra piel, a darnos una de cal y la siguiente de arena. En plena feria, cuando el Amura corría a raudales en las alegres noches agosteñas, aparece el “paisa” y nos agua el exquisito vino: “Un tren con mercancías camino de Barcelona no tiene ningún interés para Almería”. Y el hombre se quedó tan tranquilo. Ahí se enterraba el corredor Mediterráneo. Ya nos lo anunció el señor Callejón (¿repetirá como diputado?) y lo comentamos por esta esquina, pero claro, no es lo mismo que avise don Juan a que lo haga el señor Miranda Hita.
Por mucho que se empeñe la Mesa de las Infraestructuras el corredor está lejos de pasar por Almería. El centro mesetario y político se lleva, como casi siempre, el gato a su molino. Y mientras, la Junta, con su presidente a la cabeza, mantiene un silencio sobre la cuestión. ¡Almería, querida Almería!, te vuelves a quedar como lo que eres, una esquina en una península del sur de la vieja Europa a la que ni siquiera sus hijos más preclaros son capaces de defender.
Se reían demasiado los componentes de la mesa en la foto dada a conocer. Sería de los chistes que contaba el señor Callejón. Los sindicatos almerienses, indignados y resto de los ciudadanos nos rasgamos las vestiduras por la modificación de la constitución sin que nos pregunten, pero no hay quien nos convoque para defender una vía de futuro para Almería y los almerienses. Es de suponer que uno de estos días el paisano Miranda aparecerá por aquí y nos traerá la de cal. Las elecciones son en noviembre y el hombre se juega el cargo.
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