Nada cambia… ¡qué pena!

Antonio Medina Guevara
Escritor

Están a punto de acabar las “duras jornadas de sus señorías” en  las Cortes  y todo vuelve a empezar… y acabar. Todo es igual. Tan malo como siempre y lo mismo que siempre. Les escriben en una nota del Congreso diciéndoles que si quieren llevarse el ordenador deben entragar 100 euros, pero, ojo, si lo roban, les multarán con 500 euros. Y ahí viene la primera diferencia con un ciudadano de a pie. Si un ciudadano normal roba un ordenador el juez dictaminará apropiación indebida de un objeto de más de 301 euros. Pena… (Sin más comentarios).

Además, les “obligan” a entregar su tarjeta taxi por valor de… ¡3.000 euros! ¿Es que van en taxi desde Huelva, Barcelona, Almería, Santiago, etc., a las Cortes cada día?   Y un móvil de lujo, por lo que los pobres no podrán llamar a sus familias y amígueles gratis… ¡Que pena!

Por eso ahora, sus señorías, con el beneplácito de sus correspondientes y cortijeros partidos, se presentan por donde pueden o les dejan. Vamos, que el de Segovia intentará presentarse supongamos por Almería, el de Jaén por Badajoz, el de Sevilla por Granada y hasta el de Zaragoza por Huelva si hace falta. (Sin más comentarios). Todo esto nos dará oportunidad de ver los más graciosos y variopintos encajes. Como que determinado señor o señora que, llevando en Madrid más de veinte años sin pisar la tierra por la que se presenta, se dé un “garbeo” a saludar a sus votantes prometiéndoles todo y de todo; o sea, nada.

Todo esto se puede resumir en una parrafada: que los votantes les importan (o importamos) un comino a “sus señorías“ ; y que lo único que no quieren es perder semejante bicoca y que mienten más que hablan.

Por todo esto y por infinidad de incongruencias más, ahora, cuando lleguen con sus campañas, veremos que... ¡nada cambia! Por desgracia. ¡Qué pena!

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