Iván Gómez
Periodista
Sin tiempo que perder. A pesar de haber conseguido en mayo los mejores resultados de su historia en la provincia, el PP no deja un minuto en su particular suma y sigue. Convencidos de contribuir a la victoria electoral de Rajoy y Arenas en los próximos comicios generales y autonómicos, para los populares almerienses todo está por hacer y ni siquiera han respetado el mes de agosto para irse de vacaciones. El líder del PP, Gabriel Amat, y su joven equipo con Javier García y Miguel Ángel Castellón a la cabeza, tienen una estrategia de hormiga que nunca cesa en su empeño. Procesiones, fiestas, pregones, reuniones de despacho, visitas a proyectos en obras, presentaciones de libros... no hay acto público en la provincia en la que no esté presente un representante de la Diputación Provincial.
Y es que no han dejado de estar operativos ni un solo día desde que reconquistaron la institución provincial en las municipales de mayo.A falta de dinero para obras y nuevos proyectos, lo mejor y más sensato para los populares es explotar la proximidad y cercanía con sus alcaldes y cargos. El PP de Almería ha entrado con todas sus fuerzas e ilusión en la Diputación Provincial, después de legislatura y media apartado de la administración que más ansiaba viendo gobernar a sus ex compañeros del PAL y posteriormente al PSOE. La estrategia de la hormiga consiste en estar cuando a uno lo necesitan sin hacer grandes alardes de presupuesto y proyectos porque la situación financiera que viene atravesando la Diputación en los últimos años es preocupante. El nuevo presidente y su equipo se han puesto al lado de los alcaldes, de hecho han recibido a regidores que no pisaban la casa de los ayuntamientos desde hacía años. "Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar". La frase de Winston Churchill se podría aplicar a un modelo de gestión de Diputación en el que se escuchan problemas de los municipios, sobre todo los más pequeños y se intentan resolver aún sabiendo que faltará la financiación.
De hecho, ya en la pasada Feria de Almería dejaron de montar la tradicional caseta, que servía de punto de encuentro con cargos y militantes, para destinar todo el gasto que conlleva a la campaña electoral de las generales. Ahora se miden los euros y los populares tienen claras sus prioridades. No se quieren dejar llevar por el triunfalismo, un craso error que les puede privar de unos mejores resultados, a pesar de que soplan vientos de cambio y Almería es cada vez más receptiva al mensaje de los populares.
La campaña electoral será la de mostrarse como capaces de sacar el país adelante, mostrando los avales de los ayuntamientos en los que gobiernan en la provincia, dejando en evidencia la falta de medidas contundentes para salir de la crisis de los socialistas. El vicepresidente de la Diputación Provincial y número dos del PP de Almería, Javier Aureliano García, volverá a ser un hombre clave en la campaña electoral que llevarán a cabo por todos los rincones de la geografía almeriense. Como ya hiciera en las municipales, en las que ejerció como coordinador del comité de campaña electoral, es la mano derecha de Amat para ir más allá y superar lo ya realizado, que es bastante. En Andalucía, una almeriense, la senadora y portavoz Rosario Soto, será la coordinadora de una campaña que hoy traslada a todos los presidentes de las diputaciones y portavoces hasta la capital almeriense a participar en un acto en el Círculo Mercantil.
El PP de Almería ganó las últimas elecciones generales en la provincia con un 50,73% de los votos frente al 41,23% de los socialistas, aunque tuvo que conformarse por poco con un empate a tres diputados nacionales que en esta ocasión quieren deshacer. En el Senado sí fue aplastante la victoria y el PP se quedó con tres escaños mientras que los socialistas sólo accedieron al que mantiene su ex líder Diego Asensio. En los próximos días tendrán que decidir si van a mantener las candidaturas a las Cortes Generales que presentaron en los pasados comicios o si bien optan por el cambio. Tanto Eugenio Gonzálvez como Jesús Caicedo, son alcaldes.
Y es que no han dejado de estar operativos ni un solo día desde que reconquistaron la institución provincial en las municipales de mayo.A falta de dinero para obras y nuevos proyectos, lo mejor y más sensato para los populares es explotar la proximidad y cercanía con sus alcaldes y cargos. El PP de Almería ha entrado con todas sus fuerzas e ilusión en la Diputación Provincial, después de legislatura y media apartado de la administración que más ansiaba viendo gobernar a sus ex compañeros del PAL y posteriormente al PSOE. La estrategia de la hormiga consiste en estar cuando a uno lo necesitan sin hacer grandes alardes de presupuesto y proyectos porque la situación financiera que viene atravesando la Diputación en los últimos años es preocupante. El nuevo presidente y su equipo se han puesto al lado de los alcaldes, de hecho han recibido a regidores que no pisaban la casa de los ayuntamientos desde hacía años. "Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar". La frase de Winston Churchill se podría aplicar a un modelo de gestión de Diputación en el que se escuchan problemas de los municipios, sobre todo los más pequeños y se intentan resolver aún sabiendo que faltará la financiación.
De hecho, ya en la pasada Feria de Almería dejaron de montar la tradicional caseta, que servía de punto de encuentro con cargos y militantes, para destinar todo el gasto que conlleva a la campaña electoral de las generales. Ahora se miden los euros y los populares tienen claras sus prioridades. No se quieren dejar llevar por el triunfalismo, un craso error que les puede privar de unos mejores resultados, a pesar de que soplan vientos de cambio y Almería es cada vez más receptiva al mensaje de los populares.
La campaña electoral será la de mostrarse como capaces de sacar el país adelante, mostrando los avales de los ayuntamientos en los que gobiernan en la provincia, dejando en evidencia la falta de medidas contundentes para salir de la crisis de los socialistas. El vicepresidente de la Diputación Provincial y número dos del PP de Almería, Javier Aureliano García, volverá a ser un hombre clave en la campaña electoral que llevarán a cabo por todos los rincones de la geografía almeriense. Como ya hiciera en las municipales, en las que ejerció como coordinador del comité de campaña electoral, es la mano derecha de Amat para ir más allá y superar lo ya realizado, que es bastante. En Andalucía, una almeriense, la senadora y portavoz Rosario Soto, será la coordinadora de una campaña que hoy traslada a todos los presidentes de las diputaciones y portavoces hasta la capital almeriense a participar en un acto en el Círculo Mercantil.
El PP de Almería ganó las últimas elecciones generales en la provincia con un 50,73% de los votos frente al 41,23% de los socialistas, aunque tuvo que conformarse por poco con un empate a tres diputados nacionales que en esta ocasión quieren deshacer. En el Senado sí fue aplastante la victoria y el PP se quedó con tres escaños mientras que los socialistas sólo accedieron al que mantiene su ex líder Diego Asensio. En los próximos días tendrán que decidir si van a mantener las candidaturas a las Cortes Generales que presentaron en los pasados comicios o si bien optan por el cambio. Tanto Eugenio Gonzálvez como Jesús Caicedo, son alcaldes.
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