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A propósito de "Queridos jóvenes”

Antonio Medina Guevara
Escritor

Queridos viejos: Está muy bien celebrar eucaristías; está muy bien que la juventud se junte y lo disfrute con sus hermanos de la misma religión en franca  armonía; y mejor es todavía, que recen, se preocupen y luchen por su religión, que al fin y al cabo a nadie hacen daño. Pero si dicen que los años hacen a la persona más sabia y pensante, ¡que puñetas hacéis vosotros …!

Si los viejos de sotana sois tan sabios como se supone de alguien que ha dedicado su vida al estudio, la teología, la religión en todas su formas y colores, ¿cómo es que no veis mas lejos de vuestras propias narices? ¿Cómo es que no veis que las iglesias están vacías y las sotanas y hábitos se apolillan esperando desde hace décadas un cuerpo donde usarlas? ¿O es que no queréis verlo?

… Jesús subió al Templo como al lugar privilegiado para el encuentro con Dios. El Templo era para él la casa de su Padre, una casa de oración, y se indigna porque el atrio exterior se haya convertido en un mercado (Mt 21, 13). Si expulsa a los mercaderes del Templo es por celo hacia las cosas de su Padre: "no hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado“. Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: 'El celo por tu Casa me devorará' (Sal 69, 10)" (Jn 2, 16-17). Después de su Resurrección, los Apóstoles mantuvieron un respeto religioso hacia el Templo (cf. Hch 2, 46; 3, 1; 5, 20. 21; etc.).

Pues bien, parece que los “queridos viejos” con fajín purpurado,  esos mismos que -con el de la sotana blanca como la nieve- se atreven a dar consejos, ¿cómo es que no escuchan el vocerío silencioso que les reclama?, ¿cómo es que no se adaptan a los nuevos tiempos en los que mujeres y hombres son iguales ante Dios y ante el mundo?, ¿cómo es que condenan tantos asuntos que para la mayoría son justos y, en cambio, no se despegan del lujo, boato y parafernalia, más propia de emperadores que de siervos de Dios…?

Supongo que estos purpurados nos son tontos, ¡Cómo van a ser tontos con tanta inteligencia y sabiduría! ¿Entonces…? Ni entonces, ni ahora; desde hace 1.700 años piensan que simplemente es más fácil y provechoso seguir la senda humana del lujo, placer, poder y orgullo que seguir la palabra de Dios.

Si permiten sus reverendísimas que una humilde persona les dé un consejo: no den más ordenes y consejos a nadie; sigan el camino de la palabra de Dios en vez de la del hombre, y se encontrarán y nos encontraremos en la vereda que conduce a la verdad; a Dios.

Mientras tanto, o cambian o se callan… Por favor, ¡cambien o callen, mis queridos viejos!

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