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La Gerente de La Inmaculada, con el Delegado de Salud de la Junta de Andalucía |
Un grupo de familias afectadas por supuesta mala praxis médica en el Hospital La Inmaculada , de Huércal-Overa, ha constituido la asociación “Lucha por un parto feliz”. Se unen para conseguir que se depuren posibles responsabilidades médicas en el servicio de Tocoginecología del hospital. Hasta hoy se han sumado a la asociación o han contactado con ella familias de Huércal-Overa, Mojácar, Olula del Río, Cuevas del Almanzora, Pulpí, Albox y Águilas. Consideran que el hospital apura tanto los partos naturales que se llega a poner en riesgo la vida de las madres y en al menos una docena de ocasiones en el último año se ha producido la muerte de los bebés. Por eso entienden que la tasa de cesáreas de La Inmaculada esté cinco puntos por debajo de la media nacional. “Todavía no he encontrado un caso –dice el marido de una de las afectadas- en el que a una mujer se le deje parir de forma natural un bebé de 63 centímetros y 4,4 kilos de peso”.
El asunto es tan delicado que requiere de mucha cautela y responsabilidad. Los padres tienen derecho a que el SAS les proporcione una información exhaustiva de los casos denunciados, independientemente de los cauces por los que vaya la justicia. Pero airear, ya, nombres y apellidos de profesionales es un acto de insensatez. Se comprende, por otra parte, el corporativismo del Colegio de Médicos, habitual en estos casos, pero no tanto la reacción de la gerencia del Área Sanitaria Norte. Lo menos que se necesita son amenazas de acciones legales. Los padres de los bebés fallecidos no actúan conducidos por el ánimo de dañar al sistema público de salud, sino por el dolor que les produce la muerte de un hijo y el deterioro de la salud de una madre por prácticas médicas que consideran inadecuadas. Ante eso, la respuesta debe ser investigación a fondo, transparencia y depuración de responsabilidades si fuera necesario.
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