Duran i Lleida

Javier Aroca
Licenciado en Derecho y Antropología

Duran i Lleida aún no ha perdido perdón y eso que acumula las ofensas, la última una desconsideración al Parlamento de Andalucía. Es lo que harían los buenos políticos, pedir perdón, pero no parece que esa rara especie abunde ni que sea una excepción a la norma el Sr. Duran. Pero, cuidado, no es sólo una cuestión de nacionalistas catalanes: Vidal-Quadras, Montoro (candidato por Sevilla), Ana Mato, Esperanza Aguirre, Nebrera, Puigcercós, Mas... no han pedido jamás perdón por sus injurias a los andaluces y por ahí siguen, sin que el pueblo soberano les haya impuesto ninguna penitencia, aunque sea electoral; es más, a veces son premiados con representar a los andaluces, caso de Montoro.

En el caso del eterno ministrable catalán concurre la circunstancia de ser un declarado buen cristiano, líder de la democracia cristiana catalana. Igual sí se ha confesado ante un cura local. No es de extrañar que no pida perdón en esta vida, aún no ha dado ninguna explicación sobre el escándalo que envolvió a su formación en los fraudes masivos al Fondo social europeo (caso Pallerols); una millonada, sin exigencias de responsabilidades por el entonces gobierno de Aznar, hurtada a la formación de parados, que el Gobierno cifró en 21.000 millones. Nadie de la santa hermandad catalana salió trasquilado, es más, como siempre, caso Túnel de Carmel, Pretoria, Liceu…..funcionó la omertá, la de sindicatos, patronales, partidos, empresarios, organizaciones de diversa consideración, un silencio mafioso propio del llamado oasis catalán.

Pero esto es sabido, como los políticos catalanes saben que el PER no es un subsidio. Entonces, ¿qué pasa? Sabemos que el 70% de los catalanes quiere el concierto fiscal, como vascos y navarros; bien, es legítimo que lo pidan, como también oponerse, independientemente de que se busque la mejor solución fiscal para el conjunto del Estado. Por tanto, hablamos, lejos del ruido del petardeo, de una apuesta clara por otro modelo fiscal en España.

Si se trata de ello, como creo, lo importante es que los andaluces no nos despistemos. Lo que los catalanes quieren no lo pueden hacer solos, necesitan del apoyo de los dos partidos mayoritarios o, al menos, si es poderoso en resultados electorales, de uno de ellos. De momento, el PP no ha dado un taxativo no a CIU, solo un ya veremos rajoiniano. Durán no se presenta a las elecciones en Andalucía, por eso sigue, pero los que pueden darle lo que quiere, sí. Ahí está la responsabilidad de los andaluces: exigirles a los partidos que sean claros y que no se queden en cortarse las venas.
(El Correo de Andalucía)

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