Kayros
Periodista
A mí, como vieja plumilla sin aspiraciones, no me queda otra cosa que felicitar al nuevo socio que ahora se incorpora por mor de la campaña. Bienvenido, pues, a este Club de los Poetas Muertos. Me encontré al nuevo escritor sentado en el lujoso despacho que le ha puesto su partido después del triunfo de mayo. Le rodeaba una panda de admiradores. Yo creí que las felicitaciones provenían del éxito de su gobierno. Estaba equivocado, lo que en verdad celebraba el corro de palmeros era la salida a la prensa local como articulista militante, pues nadie le conocía como escritor. "Qué callado te lo tenías", le dijo el responsable de la campaña. El nuevo escritor trató de quitarle importancia al asunto." Jo, se empeñan desde arriba que mi nombre tiene que aparecer y aquí me tienes hecho un tarugo. No he escrito nunca. Dediqué toda mi vida a los negocios y por tanto no pasé de firmar contratos pero, bueno, en política hay que hacer de todo". Es cierto, el nuevo escritor no ha escrito nunca. Ni siquiera ahora que semanalmente sale en el periódico un artículo con su nombre. Este artículo, soflama o tarugazo, como se le quiera llamar, lo facilita un "negro" a sueldo.
El hecho responde a la estrategia electoralista del jefe de campaña, que piensa que los grandes cargos deben administrar munición dialéctica a los menos significados. Por supuesto, aquí no andan con bromas, se trata de destrozar al adversario repitiendo el mismo argumento desde el norte al sur y desde el este al oeste. Aquí no valen exquisiteces racionalistas, sino azotazo y tente tieso. Y ésta es la razón oculta de que, ahora que están todos los intelectuales medio adormilados como no queriendo comprometerse con nada ni con nadie, surja un tropel de escritores militantes que siempre tienen el artículo hecho.
Y lo curioso es que les sienta el escribir como a Cristo dos pistolas, porque ¿qué saben ellos de hacerse una autocritica? ¿Cuándo hemos visto que les den la razón a algo menos malo que haya podido hacer el adversario? La prisa de ganar o de comprarse un yate les tiene corcomido el cerebro y, como dice el eslogan, es la hora del cambio, no me pregunten para qué.
(La Voz de Almería)
No hay comentarios:
Publicar un comentario