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En defensa de las pensiones y de los pensionistas

Emiliano Domene Fernández
Secretario de Comunicación FSP/UGT Almería

En estos tiempos de crisis y recortes vemos cómo de forma reiterada sus consecuencias se ceban con los más débiles, precisamente con aquellos que no generaron esta situación, pero que al final están pagando las consecuencias de la insaciable voracidad de eso que llaman mercados. Entre estos colectivos se encuentran nuestros mayores, aquellos que tras toda una vida de trabajo, fuera o dentro de casa, aspiraban a una jubilación sin sobresaltos, más allá de los problemas cotidianos que pudieran surgirles. En la mayoría de los casos estos pensionistas tuvieron que pasar no pocos sacrificios para intentar que las vidas de sus hijos fueran mejores que las suyas, recortando en sus necesidades hasta niveles impensables hoy en día y planificando hasta el detalle su economía para poder llegar a fin de mes.
Lo cierto es que estos pensionistas han sido los primeros en salir al rescate de nuestra generación ante los devastadores efectos sociales de la situación actual, por delante incluso del Estado. Son estos pensionistas los que han tenido que multiplicar de forma milagrosa sus modestas pensiones para poder ayudar a sus hijos, a familias enteras que se han quedado sin nada, sin empleo, sin ahorros e incluso sin vivienda, y que han visto su dignidad pisoteada por el sistema.
Las pensionistas que antaño fueron amas de casa, cuya labor nunca se valoró en su justa medida por no ser una función retribuida y sobre todo por ser mujeres, pero que eran en muchos casos los auténticos motores de su familia, vuelven a poner en práctica el antiguo arte de con tres patatas y medio pollo hacer una comida digna para seis personas, contando con ello con pensiones de viudedad cuya cuantía debería hacernos sonrojarnos a todos.
En el peor de los casos, más de los que creemos, muchos de ellos se han visto también arrastrados por el inhumano sistema bancario, ya que con toda la buena intención del mundo y con el ánimo de una vez más apoyar  a sus hijos avalaron con su casa a éstos para que ellos lograran la suya y, tras no poder hacer frente a los pagos, los bancos que animaban antes a la inversión han embargado la casa de padres e hijos para hacer frente a “la deuda”.
Son estos pensionistas los que están haciendo una labor de guarda y custodia de sus nietos, para que de esa manera sus hijos puedan buscar trabajo o al menos conservar el que tengan, convirtiéndose en compañeros inseparables de los pequeños, aunque muchos ya no estén en condiciones de hacer este trabajo. Sorprendentemente sacan fuerza de algún sitio y siguen adelante.
En la que tenía que ser su tercera edad dorada, para descansar y disfrutar de sus aficiones, han vuelto a los sacrificios y estrecheces y observan horrorizados el futuro incierto que se les presenta a sus hijos y a sus nietos
Si la situación actual no es más dramática ( y ya lo es bastante) es sin duda gracias al empuje y generosidad de nuestros pensionistas, que con su actitud han mantenido la familia a flote y cohesionada, todo eso sin mencionar el enorme apoyo moral y anímico que supone encontrar refugio en tus seres queridos en momentos en que la autoestima está por los suelos. Ejemplar también es la enorme labor benéfica que realizan fuera del ámbito familiar aquellos jubilados que participan en asociaciones benéficas, como por ejemplo los amigos del Banco de Alimentos, en la cual un grupo de pensionistas  dedican su tiempo y esfuerzo a gestionar una organización que se encarga de recopilar alimentos para los más necesitados y que con la crisis está totalmente desbordada.
Recuerdo con cariño y admiración como cuando era adolescente mis padres hacían aquello que mi madre denominaba “el arreglillo”, consistente en un elaborado plan de recorte del gasto basado en ollas de comida para varios días para ella y mi padre, ajustes en la cesta de la compra, ropa, calzado etc… para con ello posibilitar que con un único sueldo de telegrafista sus tres hijos tuvieran todas las posibilidades de estudiar en una época en la que había que salir fuera de Almería para ello y labrarse un futuro laboral mejor que el que ellos habían conocido.
No repararon en esfuerzos, sacrificios y carencias para ellos y sé que nunca dieron por tan bien invertido un dinero como aquel. Ahora que aquello pasó y es el momento de que ellos hagan la inversión de su patrimonio en ellos mismos, no quisiera que  por nada del mundo tuvieran que volver a repetir la experiencia, algo que por desgracia está pasando en muchas ocasiones.
La acción de los partidos políticos de este país, tiene que ir ahora más que nunca encaminada a atender como se merece a los pensionista, tal y como marca el Articulo 50 de la constitución, literalmente “Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio”. Recordemos que España es uno de los países europeos con mayor porcentaje de pensionistas en riesgo de pobreza relativa, y que las pensiones de los españoles están muy por debajo de la media del resto de países de Europa, por lo que las medidas reales ( que no electorales) que se deberían tomar tendrían que conseguir el blindaje de las pensiones, su acercamiento en cuantía a la de sus compañeros europeos, la imposibilidad de embargo de viviendas a este colectivo, la subida de las pensiones no contributivas hasta niveles que al menos pasen del umbral de la pobreza , la correcta y ágil aplicación de la ley de la dependencia....etc, en definitiva hacer lo contrario de lo que están haciendo, opino que aquellos que ataquen las pensiones deberían tener su correspondiente castigo en las urnas por parte de la ciudadanía porque es una ataque contra nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.
Precisamente por la realidad social que viví en mi adolescencia y por el ejemplo que me dieron mis mayores, hoy en día soy sindicalista, y siempre los seré (con liberación o no) y por eso mis compañeros de UGT y yo, nos movilizaremos cada vez que haya un ataque a las pensiones y a los pensionistas, y por supuesto animo a estos a que si les apetece se unan a ellas, pero si no se encuentran en condiciones no se preocupen, ahora es el momento de que nosotros luchemos por ellos, devolviéndole mínimamente una ínfima parte de todo lo que hacen e hicieron por nosotros.
Finalmente una simple reflexión, ¿no les parece inmoral que aquellos que tienen en sus manos decidir la congelación o recorte de las pensiones, sean los mismos que con siete años de cotización como diputados tengan derecho a cobrar el máximo legal que puede cobrar un pensionista en España aunque no pegaran palo al agua antes y después de su paso por el congreso?

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