Esperanza en el futuro

José Pérez Blánquez
Exalcalde de Canjáyar

Cuando son las 16 horas del día 11 de Octubre de 2011, hora en la que ya he leído tres periódicos y he visto y oído las noticias de las tres de la tarde, me pongo ante mi viejo PC, herencia de mi hijo el más pequeño -en edad cronólogica, no así en estatura física-, para expresar mi más enégica protesta por la situación que vive nuestro querido país, llamado España.

1º- Mi estómago, que lleva muchos años revuelto, podría decirse que desde que tuve edad de comprender lo que me gustaba y lo que no, es decir, según mi criterio, lo que estaba bien y lo que consideraba que estaba mal, se me ha revuelto un poquito más todavía.

2º- Tema de las cajas de ahorros y bancos. No es posible que, dentro de la Ley, se puedan conceder sueldos, jubilaciones, pensiones, etc., en la forma en la que se estan concediendo. Es simple y llanamente un atentado en toda regla al respeto humano. ¿Cómo es posible que tengamos pensiones de 400 euros mensuales y de 37.000 euros mensuales? ¿Alguien sabe calcular la diferencia, no en logarismos, pues así también lo hago yo, sino en términos de justicia social?

3º- ¿Cómo es posible que en términos políticos se justifique tal diferencia? O nuestros representantes han perdido el norte o no son dignos de representarnos en las más altas instituciones del Estado (donde se aprueba lo que es justo o injusto).

4º- ¿O Estamos en un país donde las leyes las hacen los ricos, usureros, etc., para defenderse de los trabajadores?

5º- ¿La corrupción es un derecho más fuerte que el equilibrio del reparto del trabajo y, consecuentemente, de la riqueza?

6º- No habrá recuperación económica, social, y humana hasta que no se premie el esfuerzo y la honestidad, hoy perdidos y que sólo serán recuperables mediante el estímulo al trabajador.

7º- Deseo, pido, imploro, que de alguna forma se impoga la ética, la honestidad y los derechos de los hombres y mujeres trabajadoras para poder mirarnos a la cara con dignidad.

8º- Termino con la esperanza perdida, pero con la ilusión de ver algunas metas consumadas en el futuro inmediato.

9º- ¿Quién debe poner límite al desmadre actual? Está demostrado que los políticos, que son nada más y nada menos que los representantes de los ciudadanos, en su conjunto, no cumplen con su sagrado deber. ¿O tal vez no les dejan los poderes fácticos?

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