Carta desde los campamentos de refugiados saharauis en Argelia

Julia Navarro Sarabia
Miembro de la Asociación Amigos del Pueblo Saharaui de Almería
Cooperante en los Campamentos de Refugiados Saharauis

No quiero que permanezcan en el oscurantismo las vivencias y sentimientos del grupo de cooperantes sanitarios, entre los que se encuentra mi marido, que actualmente están prestando ayuda humanitaria en los Campamentos de Refugiados Saharauis en Argelia. Lamento y condeno el secuestro de los tres cooperantes, a los que deseo su pronta liberación, sanos y salvos. Mi apoyo y solidaridad a sus familiares, amigos y compañeros. También me preocupan las repercusiones que los hechos están teniendo sobre la población saharaui, pudiéndose ver privados de la cooperación internacional, sustento indispensable para su supervivencia. Comparto con la gente de bien, comprometida con los demás por un mundo más justo y solidario, la carta que Diego Fernández, responsable del grupo de cooperantes, me envió con el expreso deseo de que sea publicada. Lo hago desde la serenidad que me da el saber que se encuentran entre amigos, en uno de los lugares en los que yo personalmente he vivido sintiéndome más segura que en mi propio país.

Carta de Diego Fernández sobre el secuestro de tres cooperantes

Madrugada del 25 de octubre de 2011.
Campamentos de Refugiados Saharauis en Tinduf (Argelia).

 
No puedo dormir. Han sucedido a nuestro alrededor hechos gravísimos e inéditos en este refugio. No dejo de elucubrar sobre tales eventos y sobre si me cabe, como responsable del grupo, alguna aportación al conflicto. He decidido que puede ser bueno para los secuestrados y para el resto de cooperantes aquí presentes que relate e intente difundir lo que he visto y oído. Tal decisión ha asentado mi insomnio y me ha llevado a redactar estas líneas.

En primer lugar, necesito transmitir, en nombre de todos los cooperantes sanitarios de nuestra Asociación, el más solidario mensaje de ánimo y confianza a las familias de los tres compañeros secuestrados. Los mensajes que hemos escuchado en persona de las autoridades del Frente Polisario y los responsables de España en la zona son convincentes en cuanto a su absoluta entrega a la localización y liberación de estos amigos.

En las tres reuniones celebradas hasta ahora por instituciones gubernamentales españolas con presencia en Argelia, el domingo, horas tras el atentado, por la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional), y dos, esta mañana y esta tarde, por el Cónsul de España en Orán Sr. José María Rodríguez, nos han pedido encarecidamente a todos los cooperantes que no propaguemos rumores. Tales rumores pueden tanto perjudicar a las familias de los secuestrados como obstruir las negociaciones para su liberación. Hemos aceptado como compromiso tal solicitud. Simultáneamente, la AECI nos ha comunicado que mantiene una cooperación estrecha con el Frente Polisario y con los países de la región y prometen que nos informarán con inmediatez de cualquier novedad relevante, una vez contrastada su veracidad.

El asunto principal que quiero tratar en este escrito, que esbocé mentalmente durante la reunión de esta tarde, es el de la seguridad, que, en estos dos días, se ha convertido en un tema de conversación permanente entre los cooperantes y la población refugiada. Recojo aquí opiniones emitidas por otros cooperantes, que comparto y hago mías propias.

Como breve contextualización, si es que cabe resumir en tres líneas 36 años de exilio en la hamada argelina, diré que los habitantes de los campamentos de Refugiados de la región de Tinduf, en el suroeste de Argelia. son los saharauis, supervivientes al intento de genocidio, que huyeron del territorio del Sáhara Español o Sáhara Occidental durante la invasión del mismo por parte de Marruecos (durante la Marcha Verde). Como es lógico, también habitan aquí sus descendientes que no han llegado a conocer su territorio de origen, que sigue en su mayor y mejor parte militarmente ocupado por este país.


Las Naciones Unidas están representadas y mantienen su presencia en los campamentos a través dos organismos. Uno es la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental), un organismo creado al inicio del conflicto aparentemente para llevar a efecto tal Referéndum en cumplimiento de la legalidad internacional. Esta Misión, que ha consumido ingentes cantidades de dinero para la confortable estancia en sus tiendas climatizadas de cientos de ociosos “cascos azules”, ha demostrado ser un fracaso en cuanto a la consecución del objetivo que la nominaba y debería haber sido su razón de ser.

En la reunión convocada por la AECI de las 11:00 del domingo día 23 de octubre acudieron dos representantes de la MINURSO. Cuando se les preguntó acerca de si su operativo tenía alguna responsabilidad sobre la seguridad de los refugiados y los cooperantes que les ayudan dijeron, risueños como estuvieron toda la reunión (en contraste con los rostros insomnes y compungidos de los cooperantes que habían presenciado el secuestro), que no era el momento de hablar de eso, y se marcharon. Hemos vuelto a o preguntar si la MINURSO puede colaborar para encontrar a los cooperantes secuestrados o mejorar la seguridad de los restantes y nos han dicho que no es su función, que no van a ayudar en esto ni siquiera en una situación de crisis como la actual, nunca antes acaecida aquí.

La otra institución de Naciones Unidas con presencia permanente en los Campamentos de Refugiados es ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados). Entre los mandatos de ACNUR está velar por la seguridad de los refugiados. Sin embargo, esta tarde pasada se nos han revuelto las entrañas a muchos de los presentes cuando se nos comunicó que las instrucciones recibidas por la delegación de ACNUR en la zona es la de que restrinjan su movilidad al máximo, manteniéndose en su base de la ciudad de Tinduf (fuera, por tanto, de los campamentos de refugiados). O sea que se queden quietos los que deben proteger a los refugiados. Daría risa, si no diera vergüenza.

Los Campamentos de Refugiados son unos de los lugares más seguros del mundo y un acto terrorista puede ocurrir en cualquier lugar por muchas medidas que se tomen, como por desgracia bien sabemos los españoles. Las autoridades locales históricamente han manifestado un enorme interés y voluntad, traducidos en actuaciones para velar por la seguridad de los cooperantes. Pero sus capacidades son limitadas, entre otros motivos por tener que defender con sus fuerzas de seguridad la inmensa línea del muro que separa el territorio bajo su control del territorio ocupado ilegalmente (así está calificado por Naciones Unidas) por Marruecos.

Entiendo que la seguridad de los cooperantes debe de recaer sobre las Naciones Unidas, y por tanto, que podríamos estar ante un caso de dejación de funciones. Es contradictorio e insostenible que las Naciones Unidas confíen la seguridad de los refugiados a “un país” que ni siquiera reconocen como nación. Entre los países que así niegan la evidente realidad del Sáhara Occidental está, aunque avergüence decirlo, la metrópoli que aun no ha cumplido el compromiso internacional de tutelar a su colonia en su transición hacia un estado independiente.

Por último, aunque hemos hablado mucho de ello en estos dos días, ignoramos si Naciones Unidas, a través de sus nutridos contingentes en la zona, convidados de piedra hasta ayer mismo según las fuentes oficiales, hubiese prestado sus flamantes todoterrenos, aviones, helicópteros, satélites que todo lo ven… para colaborar en la localización de los cooperantes capturados, si tales hubiesen sido de un país con más peso en dicha organización. In shal-lah (ojalá) aparezcan y estén pronto con los suyos.

Firmado:

Diego A. Fernández. Responsable en los CC.RR. saharauis de Tinduf (Argelia) de la Comisión médico-quirúrgica de AGARASD.

1 comentario:

  1. Magnífica exposición "doc", me parece lamentable la dejación de funciones. No dejéis de difundir estas noticias para poner en evidencia los intereses políticos espúreos que abundan entre tanta burocracia.

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