Teleprensa
Editorial
Ley y Justicia son cosas distintas, aunque, bien relacionadas, hacen grandes los países, los territorios. La primera implica regla o norma y la segunda es en sí una de las cuatro virtudes cardinales que conlleva dar a cada uno lo que corresponde o pertenece. Las otras tres virtudes tan olvidadas son prudencia, fortaleza y templanza. La Operación Poniente va camino de su segundo año de instrucción, pero ello no debería obligar a que durante todo este tiempo un pueblo esté constantemente martirizado por un hecho de su pasado y del que ni tan siquiera aún se sabe lo que esconde.
Como cabecilla de la presunta trama siempre se ha situado a José Alemán, un funcionario que accedió al puesto de interventor accidental y que, tras pasar largos meses en la cárcel, salió a la calle y pidió su reincorporación. El actual alcalde de El Ejido utilizó esta incorporación como una de sus armas de campaña asegurando que no estaría en el Ayuntamiento si él gobernaba, porque había métodos para ello.
Pues bien, esos métodos no parecen ser legales, pero ¿es justo que Alemán pueda incorporarse a su puesto de trabajo en el Ayuntamiento de El Ejido estando imputadísimo y en libertad bajo fianza millonaria? Quizás hoy es el día de romper una lanza a favor de ese alcalde que quiere apartar de la vida municipal todo lo que suene a una sórdida historia que ha marcado para siempre al municipio de El Ejido, porque, se demuestre o no que hubo el tan mencionado saqueo, la sentencia traerá cola. Pero, hasta que exista un fallo judicial, lo que no le puede fallar a El Ejido es la justicia. El actual alcalde gobierna con mayoría absoluta porque la mayoría de los vecinos de El Ejido creyeron en sus tesis sobre este caso y merece un respaldo por ello. Sin olvidar que justicia es dar a cada uno lo que corresponde o pertenece, puede que a José Alemán le ampare la ley, pero no hay que olvidar que al alcalde le ampara el pueblo.
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