La agricultura almeriense tira del carro del empleo

Juan Deus
Delegado de Agricultura
 
A finales de mayo pasado, la horticultura de Almería sufrió uno de los mayores ataques de su historia: la mal llamada crisis del pepino -una acusación temeraria e injustificada lanzada por la Administración alemana a propósito de la crisis desencadenada por la bacteria 'E.coli'- puso de nuevo a prueba la fortaleza del motor de la economía y la vida misma de la provincia. El embate, desde luego, se ha notado. Las exportaciones se resintieron en los meses de verano y la campaña se dio por cerrada de forma precipitada. Para conocer el alcance del daño, habrá que esperar a ver cómo se comportan los mercados en el inicio de la campaña de otoño.

A la espera de esta respuesta, los datos laborales de septiembre hechos públicos por el Ministerio de Trabajo son esperanzadores. La cifra de demandantes de empleo en el sector de Agricultura se redujo el pasado mes en 355, en comparación con agosto. Asimismo, en el sector Servicios -al que pertenecen los centros de manipulado de frutas y hortalizas-, también se registró un descenso de más de 300 parados. Teniendo en cuenta la 'sacudida' de mayo, estos datos son esperanzadores y reflejan que los agricultores de Almería, lejos de amilanarse, siguen mirando hacia delante, esforzándose por mejorar la calidad de sus productos y por buscar nuevos mercados.

Y en este esfuerzo, la estadística de septiembre del Instituto Nacional de la Seguridad Social aporta otro dato que viene a consolidar una tendencia: el incremento de la afiliación. El pasado mes, 41.946 trabajadores estaban afiliados al Régimen Agrario, 2.042 más que en el mismo mes del año pasado.

Más allá de otros motivos que puedan explicar este notable aumento de la afiliación a la Seguridad Social, el hecho mismo del aumento de cotizantes, unido al de la contención del desempleo, creo que son motivos de satisfacción en estos tiempos de dificultades y vienen a constatar el vigor de nuestra horticultura, que no sólo sirve de refugio de mano de obra procedente de otros sectores, sino que continúa tirando del carro de la economía de Almería y compensando la balanza comercial de Andalucía.

De hecho, a pesar de la maldita bacteria alemana, el sector agroalimentario de la provincia es el que más está contribuyendo a los buenos resultados de las exportaciones andaluzas, que entre enero a julio pasados acumulan un crecimiento del 4%. De los casi 4.000 millones de euros facturados por la Comunidad andaluza con la venta de productos en el extranjero, prácticamente el 30% han sido comercializados por las empresas almerienses, sobre todo, las del sector de frutas y hortalizas.

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