Francisco Gabriel Luque Ramírez
Estudiante de Ciencias Políticas
Los seres humanos solemos ser imbéciles por naturaleza. Tanto, que uno es capaz de engañarse a sí mismo sin tener que esperar que venga algún timador de profesión para hacerlo. Siempre nos hemos creído los reyes del mambo desde que descubrimos el fuego, la rueda y que no siempre había que vivir en una cueva para tener un techo. Aunque visto lo ocurrido en la actualidad con el tema inmobiliario, mejor que nos hubiésemos quedado en Altamira o en la Cueva de Los Letreros toda la vida. Destrozamos el medio que nos rodea sin importarnos las consecuencias que tendrá ello para el futuro, somos tan egoístas que no pensamos en las nuevas generaciones que vendrán sino en cómo imitar los errores de las que ya no están pero que incomprensiblemente siguen siendo iconos y ejemplos a seguir para muchos sectores de la sociedad actual. Si algo va mal, el ser humano es capaz de convertirlo en algo aún peor. Así somos.
Hace cuatro años todos creíamos ser ricos, pero no nos dimos cuenta que lo que pasaba realmente es que estábamos endeudados todos hasta las cejas. Esto, unido a los actos de políticos y banqueros sin alma, nos ha llevado a lo que hoy conocemos vulgarmente como “esta maldita crisis”. Miles de parados, desahucios, recortes en sanidad y educación... Y por no hablar de lo que ocurre en países como en Somalia. La cosa está fea.
Por todo esto considero inacertado en estos tiempos que corren que haya un despilfarro económico en un evento como la Extreme Sailing, además de otras muchas actividades deportivas cuyo dinero podría ahorrarse para cosas más importantes, claro está. Está muy bonito que el Puerto de Almería luzca sus mejores galas para recibir a diez catamaranes y verlos dando vueltas por el agua o que varios hoteles se llenen con la visita de los tripulantes de cada uno de ellos, pero el dinero destinado a esta actividad me parece excesivo.
Primero por ser un deporte cuya práctica está al alcance de muy pocos (aunque queramos, no todos tenemos dinero para comprarnos un catamarán), y segundo porque es preferible tener más médicos y profesores que capitanes. También considero que para fomentar el turismo en nuestra ciudad primero debemos empezar por poner en valor nuestro barrio más histórico, que ni sale en los mapas que la organización del evento entrega a los visitantes al Muelle de Levante. ¿Ocultamos nuestras asignaturas pendientes?
Que gratuito es criticar y hechar por tierra el trabajo de tanta gente. En primer lugar te sobran los dos primeros parrafos, pero claro comenzar insultando a toda la especie humana probablemente es lo mas acertado.
ResponderEliminarLa pena es que vengan turistas y valoren más estos eventos que los de Almería. Es vergonzoso ver el muelle vacio!!, no es necesario comprarse un catamaran para disfrutar de un buen dia de juegos y vela con la familia, tomarse un cafe o cerveza en las terrazas instaladas, asistir a los conciertos programados, etc, etc.
Pero en Almería si sabemos quejarnos de que no tenemos nada, y sin embargo cuando viene algo de esta categoría a nivel mundial, no asistimos!
En cualquier otra ciudad estaría lleno de visitantes, pero aqui solo de quejas.
Lo dicho vergonzoso!!!