Juan A. Segura Vizcaíno
Diputado andaluz por el PSOE
Hay personas que se plantean la política como un espectáculo, políticos que son capaces de vender su integridad por un puñado de votos. Hoy dicen una cosa aquí y mañana, allí, la contraria. Observen el caso del algunos dirigentes del Partido Popular: con igual desparpajo se plantaron en distintas provincias de Andalucía reclamando el Corredor Ferroviario de Alta Velocidad que más convenía en cada caso: en Cádiz, el Corredor Central; en Almería, el Corredor Mediterráneo; en Córdoba, otra vez el Central y así hasta el infinito de ese universo finito que es Andalucía y sus ocho provincias, en sus idas y venidas por la tierra patria.
Pero es que además, se han permitido la osadía de engañar a los ciudadanos, primero negando la mayor -que las obras para el AVE del Mediterráneo estuvieren en marcha, cuando ya venían de Sorbas para abajo- y más tarde sembrando la duda sobre si el Gobierno del PSOE habría solicitado la inclusión de esta infraestructura dentro de la Red Transeuropea de Transportes como actuación prioritaria. Olvidan que fue el PSOE de Almería el que lo solicitó a la, por entonces, ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.
Por suerte aquella ministra y aquel Gobierno hicieron bien su trabajo y expusieron ante la Unión Europea razones de peso para conseguir lo que desde hace algunos días venimos celebrando: que Almería se convertirá en el corazón de Europa, impulsando, vía ferrocarril, el transporte de mercancías y pasajeros, con un plus de inversión por parte de Bruselas.
No todos pueden decir lo mismo; en 2003, cuando se configuró el actual mapa de la Red Transeuropea, el Partido Popular dejó el Corredor Mediterráneo de lado y apostó por el Corredor Central. Más aún, dirigentes del Partido Popular llegaron a cuestionar la posibilidad de que el AVE pudiera transportar mercancías por su trazado, erigiéndose en experto en motricidad para asegurar que las vías no soportarían el peso.
El trazado elegido -que recorre la costa desde Francia hasta Almería y luego atraviesa Andalucía por el interior hasta Sevilla- beneficiará especialmente a la provincia de Almería, ya que no sólo se avanzará en la conexión de nuestra provincia con el levante español, sino que también supondrá un impulso para la conexión de alta velocidad con Granada y Sevilla.
La consecución de esta infraestructura devuelve el significado a la palabra "política" y demuestra que es mucho más que ir cambiando el argumento dependiendo del auditorio, como el músico de la cabra que toca pasodobles o boleros dependiendo del respetable.
Pero es que además, se han permitido la osadía de engañar a los ciudadanos, primero negando la mayor -que las obras para el AVE del Mediterráneo estuvieren en marcha, cuando ya venían de Sorbas para abajo- y más tarde sembrando la duda sobre si el Gobierno del PSOE habría solicitado la inclusión de esta infraestructura dentro de la Red Transeuropea de Transportes como actuación prioritaria. Olvidan que fue el PSOE de Almería el que lo solicitó a la, por entonces, ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.
Por suerte aquella ministra y aquel Gobierno hicieron bien su trabajo y expusieron ante la Unión Europea razones de peso para conseguir lo que desde hace algunos días venimos celebrando: que Almería se convertirá en el corazón de Europa, impulsando, vía ferrocarril, el transporte de mercancías y pasajeros, con un plus de inversión por parte de Bruselas.
No todos pueden decir lo mismo; en 2003, cuando se configuró el actual mapa de la Red Transeuropea, el Partido Popular dejó el Corredor Mediterráneo de lado y apostó por el Corredor Central. Más aún, dirigentes del Partido Popular llegaron a cuestionar la posibilidad de que el AVE pudiera transportar mercancías por su trazado, erigiéndose en experto en motricidad para asegurar que las vías no soportarían el peso.
El trazado elegido -que recorre la costa desde Francia hasta Almería y luego atraviesa Andalucía por el interior hasta Sevilla- beneficiará especialmente a la provincia de Almería, ya que no sólo se avanzará en la conexión de nuestra provincia con el levante español, sino que también supondrá un impulso para la conexión de alta velocidad con Granada y Sevilla.
La consecución de esta infraestructura devuelve el significado a la palabra "política" y demuestra que es mucho más que ir cambiando el argumento dependiendo del auditorio, como el músico de la cabra que toca pasodobles o boleros dependiendo del respetable.
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