Teleprensa
Editorial
En una situación de crisis global se espera de los políticos y sus partidos, por mucho que el ciudadano los tenga relegados a las más baja de sus consideraciones, según los últimos estudios, que tengan un poco de sensatez, cuerpo, seriedad en sus planteamientos y que no actúen a la ligera, a la caza de titular, porque no se trata de que ellos queden bien a cuatro o cinco columnas, sino de que sean verdaderos gestores del aparato público.
Que una política de supuesto primer nivel como Ana Mato critique la educación andaluza basándose en una imagen de unos niños tirados en el suelo, porque les leían un cuento, para decir que en Andalucía los niños no tienen ni pupitres donde sentarse es algo más que grave. Aparte de una muestra de consideración y cariño hacia esta región, lo que no puede tolerarse es que toda la información que necesite para argumentar una crítica sea una foto y que, además, no representa nada de lo que ella quiere transmitir. Flaco favor le hizo el asesor y promotor de la idea, pero cuesta creer que no se contraste la información antes de lanzarla, cuando sabe perfectamente que será contestada y, más aún, cuando la propia Mato tiene un pasado muy difícil de ocultar, como ya le han respondido desde la oposición.
El problema no es el insulto, que existe, sino esa falta de seriedad, del todo vale que ha llevado a la política a su más baja expresión, en una demostración de que el único interés que mueve a algunos en estos momentos es el puro populismo.
Igual de grave es que compañeros de partido de Mato en Andalucía justifiquen esas falsas acusaciones, cuando lo primero que tendrían que hacer es demostrar con alguna prueba creíble de que hay niños andaluces dando clases sentados en el suelo porque supuestos recortes a la madrileña les han dejado sin pupitres.
Sacar una foto de contexto es muy peligroso, tanto que por la misma regla de tres habría que exigir a Aznar que de una vez dé una explicación sobre la trama Gürtel, ya que no olvidemos que la única foto que existe de Correa, el principal encausado es, precisamente, la que se hizo en la boda de su hija y unos minutos antes de firmar como testigo de la misma, es decir, que además protagonizó uno de los papeles reservados a personas de máxima confianza. ¿Pero acaso lo dice todo esa foto?
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