Por un pacto PP-PSOE

Pedro Mena Enciso
Profesor de Historia

Todos conocemos la grave situación económica mundial y, en particular, sabemos que en España las cifras de paro doblan a las de cualquier otro país de nuestro entorno acercándose al 21% de la población activa para casi tocar la cifra innombrable de cinco millones de personas. Ante la gravedad de los hechos y reconociendo el estrepitoso fracaso del gobierno de turno, resulta evidente la necesidad de trabajar en equipo porque, como decimos en educación, ¡entre todos, mejor!...

Estoy convencido de que para salir de la recesión hemos de actuar unidos, remando todos en la misma dirección. Precisamente la lección más hermosa de la democracia deriva del entendimiento mutuo y del diálogo basado en el respeto a los demás porque nadie está en posesión de la verdad absoluta y, por encima de todo, somos personas con nuestros aciertos y errores. Efectivamente nadie es más que nadie y ha pasado ya el tiempo de las imposiciones y de las dictaduras por lo que es urgente dejar estas demagogias y abandonar las descalificaciones pues en España ni hay Guerra Civil ni Dictadura.

Así pues, superados los discursos sectarios y revanchistas que no conducen a nada como no sea a echarnos piedras contra nuestro propio tejado, el gobierno que resulte vencedor en las próximas elecciones generales debe cambiar de metodología y abandonar esa manía nacional de gobernar contra la oposición y ésta, aun haciendo crítica al gobierno, debe dejar de descalificar y procurar construir Estado.

Ahora que se acerca la campaña electoral podrían dar ejemplo de educación nuestros políticos, aunque no lo veo muy probable ya que, como siempre, se dedicarán a descalificarse mutuamente. En este tiempo que vivimos, los representantes del pueblo no gozan de su mejor prestigio y un político no resulta ya fiable para cualquier ciudadano. Por tanto, como para gestionar bien un país es necesario contar con la inmensa mayoría de los ciudadanos o puede resultar ingobernable, desde Almería en el Tiempo exigimos a populares y socialistas que se pongan en marcha para alcanzar un gran Pacto de Estado (habida cuenta que entre PP y PSOE aglutinan a más del 80% de los votantes) que nos lleve a la estabilidad y nos devuelva ese Estado del Bienestar que hemos perdido en estos últimos años.

El gran acuerdo que proponemos supondría, en primer lugar, poder trabajar por y para todos los españoles sin la presión de los nacionalistas que siendo una exigua minoría han utilizado su rodillo para pasar por encima del resto de ciudadanos aprovechando las debilidades de los gobiernos socialistas y populares. En este sentido, los grandes partidos deben poner límite a las peticiones nacionalistas haciendo una reforma del Título VIII de la Constitución porque ya no es posible ceder ni un milímetro más de Estado.

Recientemente hemos tenido un ejemplo de entendimiento en el consenso alcanzado para, realizando la correspondiente modificación constitucional, fijar un límite de gasto pues ya no podía continuar tanto despilfarro con la consiguiente deuda y déficit público. Otro acuerdo inminente tiene que ser el relacionado con la Reforma del Senado (que o se elimina o se reduce y, a la vez, se le fijan funciones pues no sabemos para qué sirve exactamente). Ni qué decir tiene lo urgente que es abordar el tema de la sucesión a la Corona para que hombres y mujeres tengan los mismo derechos y no exista, como hasta ahora, prioridad del varón.

Inaplazable es el Pacto por la Justicia para que sea realmente independiente y ni el Ejecutivo ni el Legislativo puedan meter las narices en el Ministerio Fiscal, Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Supremo o Tribunal Constitucional. Y, ¡cómo no! firmar un Pacto Educativo  para por lo menos 15 años que introduzca la calidad que nos falta en nuestro país y que deje al margen de los gobiernos de turno a la Escuela. Por otra parte, es de vital importancia que desaparezca esa legión de personas que pululan alrededor de la educación y que ni son maestros ni se dedican a esta noble tarea de la tiza.

La Sanidad es otra cuestión en la que hay que alcanzar un acuerdo para establecer un modelo eficaz  que dé respuesta a todos por igual y, en cuanto a los funcionarios públicos, el pacto tiene que girar porque tengamos los empleados públicos que realmente hagan falta sin duplicidades y cumpliendo una función real. En esta dirección deben girar los objetivos de la próxima legislatura.

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