Verdades y mentiras del PER

Laura Blanco
El Correo de Andalucía

Cultura del subsidio, voto cautivo... las expresiones para criticar el Plan de Empleo Rural del que disfrutan desde 1986 Andalucía y Extremadura parecen no agotarse. En épocas de crisis, y pre electorales, el discurso del agravio territorial se hace más recurrente. No es la primera vez que Duran i Lleida (CIU) arremete contra el PER -hoy Profea- y, como las otras veces, los políticos andaluces han salido en tropel a tildarle de "falso", "electoralista" y hasta "xenófobo". Críticas altisonantes pero poca didácticas para responder a unos ataques recurrentes basadas en pocas verdades y muchos mitos.

El per no es un subsidio. Es un fondo para obras municipales

Hay que distinguir entre el Programa de Fomento de Empleo Agrario (antes PER) y el subsidio por desempleo para los jornaleros. El primero existe también en Castilla-La Mancha, Murcia o Valencia. El segundo no. El PER consiste en que el Estado destina un fondo anual (en Andalucía, 142,9 millones este año más 4,7 que aporta la Junta) para que los ayuntamientos hagan obras y contraten a jornaleros en paro. El dinero va a los consistorios, que presentan sus proyectos de obras a los directores provinciales de Empleo (dependientes del Ministerio) para que los aprueben. A priori reciben el 70% y el resto al acabar las obras y justificar los contratos hechos. Si no, deben devolver el dinero. A andaluces y extremeños esos contratos les sirven para completar las peonadas que necesitan para cobrar el subsidio.

No todo jornalero cobra. El subsidio depende de jornales y renta
 
El jornalero no tiene derecho a paro. En 1986 se creó un subsidio para los andaluces y extremeños que reúnan 35 peonadas al año (este año, 20 por las lluvias) y con renta inferior a 7.696,8 euros anuales. Solo pueden contar los días trabajados en obras del PER los mayores de 35 años o con cargas familiares. En Andalucía lo cobran unos 250.000 de los 470.000 jornaleros y ronda entre los 426 euros mensuales y los 569.

¿Por qué en dos regiones? Más agricultores y campañas más cortas
 
Cuando el Gobierno de Felipe González crea el PER, Andalucía y Extremadura tenían una economía basada en la agricultura, un sector sin derecho a paro y sin trabajo al menos los meses de verano. Además, en otras comunidades los fondos del PER se usan no solo para obras sino para contratos más largos en industrias del manipulado y las conservas. Hoy, el empleo agrario representa el 12% del total en Andalucía y el 8% del PIB. Más de la mitad de los 813.102 trabajadores agrarios son andaluces. El Estado siempre ha aportado fondos para el sector mayoritario de cada comunidad como las reconversiones de la automoción en Cataluña, la minería en Asturias o los astilleros del norte.

El sistema sí ha cambiado. Hoy conviven tres tipos de prestación
 
Hay tres tipos de subsidios para jornaleros. Unos 133.000 afiliados al régimen agrario antes de 2005 reciben, si logran 35 peonadas al año, 426 euros al mes fijos. Si trabajan más cobran lo mismo. En 2002, el decretazo del PP quitó este subsidio y creó un paro para los jornaleros de todo el país que lograran cotizar 360 días en 6 años. En el campo solo se cotiza el día trabajado. La campaña media dura un mes y el jornalero solo cotiza los 22 días laborables. Hay 4 ó 5 meses sin campañas. Los sindicatos veían inviable reunir esas peonadas y convocaron una huelga general. El PP restituyó el subsidio a partir de las 35 peonadas pero con dos cambios:se cobra más cuantos más días se trabaja (hasta 569 euros) y solo se podía recibir seis veces en la vida. El PSOE en 2005 eliminó ese límite pero mantuvo la cuantía variable según los días trabajados. Así cobran los que se han incorporado al campo desde entonces, otros 130.000. El subsidio fijo tiende a desaparecer. También se mantiene en toda España la prestación para los que logren 360 días en 6 años pero la cobran muy pocos. La integración en enero del Régimen Agrario en el General, una histórica reivindicación del sector, no cambiará el paro. Solo permitirá que el jornalero cotice, para su jubilación, todos los días que está contratado y no solo los que trabaja. Los laborables el empresario le descuenta la cuota de su nómina y el resto la paga él del sello del campo.

El fraude se controla. Cobrar el paro y trabajar se sanciona
 
Como cualquier prestación por desempleo, no se puede compatibilizar con un trabajo (salvo los mayores de 52 años y siempre que sean contratos cortos del sector) ni con otra prestación. Es la Inspección de Trabajo quien lo controla y las sancionas van de uno a seis meses sin subsidio o la retirada definitiva del mismo. En 2010, la Inspección sancionó a 1.609 andaluces de todos los sectores por trabajar cobrando el paro. El subsidio agrario se pierde si el jornalero se muda a otra comunidad o cambia de régimen.

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