Iván Gómez
Periodista
Evolucionan las comunicaciones y las infraestructuras año tras año y las ciudades se acercan. Menos horas para las mismas distancias. Menos precio y más frecuencias. Sin embargo, la segunda ciudad más grande del país, la capital de Cataluña queda cada día más y más lejos, con menos frecuencias y viajes de odisea. El aislamiento entre Almería y Barcelona es una consecuencia de los reajustes que se han acometido en los últimos años principalmente en el modo aéreo y ferroviario, a la espera de poder romperlo en el horizonte de 2020 con la puesta en marcha del Corredor Mediterráneo.
Mientras tanto, Almería sigue siendo una de las provincias peor comunicadas del país por tren, sin conexión con el Levante o la costa andaluza. Atendiendo a no se sabe qué criterios, Renfe está contribuyendo al aislamiento y su última decisión ha sido eliminar la ruta directa con Barcelona. Si la línea García Lorca, operativa solo tres días a la semana, era de las más lentas del país haciendo inevitables las doce horas de viaje frente a las seis y media que tiene el trayecto a Madrid en Talgo, ahora habrá que añadir casi una hora más porque es necesario un transbordo en la estación de tren de Linares, espera vinculada a la llegada del Alaris procedente de Sevilla con dirección a la ciudad condal. Es un retroceso más en las comunicaciones ferroviarias de la provincia que se suma a un sinfín de agravios históricos que se remontan a la supresión en enero de 1985 de la línea entre Guadix y Almendricos, con la que se hacía posible la vertebración del Levante con Andalucía, y a la del tren nocturno a Madrid, más conocido como Estrella, pese a las reivindicaciones de los agentes sociales, políticos y empresarios de la provincia. El tren nocturno, también conocido como Expreso, fue eliminado en 2001 a cambio de dos talgos diurnos que siguen funcionando a día de hoy y que parten de Almería a las siete de la mañana y cuatro de la tarde con un trayecto aproximado de entre seis horas y veinte y seis horas y cuarenta y cinco minutos.
Los vuelos también dificultan el enlace con Barcelona. De llegar a tener hasta tres frecuencias -dos este verano- al día, se ha pasado a solo una. La filial de Iberia, Air Nostrum, deja un vuelo que parte a las diez y cinco de la mañana de lunes a sábado y ninguno, en ida, los domingos. Limitación que se añade a la presupuestaria porque el billete para ir a la ciudad condal este viernes y/o sábado no bajaba de los 182 euros solo en la ida. Eso sí, la compañía mantiene la línea que otras tuvieron que dejar en su día por la preocupante falta de rentabilidad, como Spanair o Spanair, a pesar de ser la segunda/tercera conexión más importante del Aeropuerto de Almería. Teniendo en cuenta que el vuelo de Air Nostrum se realiza con un CR2 que tiene 50 plazas, la ruta ofrecerá aproximadamente 1.350 asientos por sentido cada mes.
Entre las nuevas aerolíneas que se podrían instalar en el aeródromo de El Alquián ha sonado en las últimas semanas Helitt, un proyecto empresarial que se ha centrado inicialmente en explotar la línea Málaga-Melilla con una frecuencia diaria y que ha pensado en Almería a medio/largo plazo. Por último, las líneas de autobús existentes entre las dos ciudades tienen un precio medio de 65 euros el billete solo de ida y de 125 euros cuando se incluye la vuelta. La empresa Alsa dispone de tres salidas diarias en horarios de mañana, tarde y noche y el trayecto puede variar, en función de las paradas, entre las doce y catorce horas de duración. El Corredor Mediterráneo será la salvación de una conexión Barcelona-Almería que sigue anclada en el siglo XX. El futuro de las comunicaciones entre ambas pasará por el AVE.
Mientras tanto, Almería sigue siendo una de las provincias peor comunicadas del país por tren, sin conexión con el Levante o la costa andaluza. Atendiendo a no se sabe qué criterios, Renfe está contribuyendo al aislamiento y su última decisión ha sido eliminar la ruta directa con Barcelona. Si la línea García Lorca, operativa solo tres días a la semana, era de las más lentas del país haciendo inevitables las doce horas de viaje frente a las seis y media que tiene el trayecto a Madrid en Talgo, ahora habrá que añadir casi una hora más porque es necesario un transbordo en la estación de tren de Linares, espera vinculada a la llegada del Alaris procedente de Sevilla con dirección a la ciudad condal. Es un retroceso más en las comunicaciones ferroviarias de la provincia que se suma a un sinfín de agravios históricos que se remontan a la supresión en enero de 1985 de la línea entre Guadix y Almendricos, con la que se hacía posible la vertebración del Levante con Andalucía, y a la del tren nocturno a Madrid, más conocido como Estrella, pese a las reivindicaciones de los agentes sociales, políticos y empresarios de la provincia. El tren nocturno, también conocido como Expreso, fue eliminado en 2001 a cambio de dos talgos diurnos que siguen funcionando a día de hoy y que parten de Almería a las siete de la mañana y cuatro de la tarde con un trayecto aproximado de entre seis horas y veinte y seis horas y cuarenta y cinco minutos.
Los vuelos también dificultan el enlace con Barcelona. De llegar a tener hasta tres frecuencias -dos este verano- al día, se ha pasado a solo una. La filial de Iberia, Air Nostrum, deja un vuelo que parte a las diez y cinco de la mañana de lunes a sábado y ninguno, en ida, los domingos. Limitación que se añade a la presupuestaria porque el billete para ir a la ciudad condal este viernes y/o sábado no bajaba de los 182 euros solo en la ida. Eso sí, la compañía mantiene la línea que otras tuvieron que dejar en su día por la preocupante falta de rentabilidad, como Spanair o Spanair, a pesar de ser la segunda/tercera conexión más importante del Aeropuerto de Almería. Teniendo en cuenta que el vuelo de Air Nostrum se realiza con un CR2 que tiene 50 plazas, la ruta ofrecerá aproximadamente 1.350 asientos por sentido cada mes.
Entre las nuevas aerolíneas que se podrían instalar en el aeródromo de El Alquián ha sonado en las últimas semanas Helitt, un proyecto empresarial que se ha centrado inicialmente en explotar la línea Málaga-Melilla con una frecuencia diaria y que ha pensado en Almería a medio/largo plazo. Por último, las líneas de autobús existentes entre las dos ciudades tienen un precio medio de 65 euros el billete solo de ida y de 125 euros cuando se incluye la vuelta. La empresa Alsa dispone de tres salidas diarias en horarios de mañana, tarde y noche y el trayecto puede variar, en función de las paradas, entre las doce y catorce horas de duración. El Corredor Mediterráneo será la salvación de una conexión Barcelona-Almería que sigue anclada en el siglo XX. El futuro de las comunicaciones entre ambas pasará por el AVE.
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