Ante la crisis, ahorro

Manuel León

Redactor-Jefe de La Voz de Almería

La crisis y el recelo a que lo peor está aun por llegar han terminado por convertir a los almerienses en más hormigas que cigarras. Según un infome de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), las familias almerienses son las que más ahorran de Andaucía -con una tasa del 18 % de su renta- y la octava entre las provincias españolas durante 2010. Las economías domésticas almerienses, por tanto, cambian una tendencia que se había mantenido en los últimos años con un gasto por encima de la tasa de ahorro medio de la Comunidad.

El economista y profesor de la UAL Francisco Cortés analiza también este cambio de tendencia: “Es curioso cómo se ha producido ese cambio en las familias almerienses, que yo explicaría por un exceso de prudencia ante lo incierto del mercado laboral”.

La actitud más austera de los almerienses explica también cómo uno de los principales problemas que tiene, en la actualidad, la economía almeriense y el PIB provincial es el frenazo en seco de la demanda interna (el consumo). El último informe de Previsiones Económicas de Andalucía, realizado por Unicaja, alertaba sobre esta falta de alegría en la capacidad de consumo de los almerienses y no presagiaba una recuperación tampoco para los últimos meses del año.

El incremento significativo del ahorro familiar no es el único elemento en el que destacan los indicadores almerienses en el reputado informe de Funcas. En el otro lado de la moneda se sitúa el marcador del ahorro empresarial en el que Almería, esta vez, se sitúa en el polo contrario, como la segunda provincia andaluza en la que menos ahorran sus empresas, con una tasa del 4,8 % de su renta interior bruta. En el ránking de las diez menos ahorradoras también se sitúa Málaga, mientras que Granada es una de las líderes en sobriedad en el gasto de sus empresarios o en capacidad de inversión según el cristal con el que se analice. Andalucía tuvo una tasa de ahorro del 14 % y el ahorro nacional se situó en un 18,8 % del PIB durante 2010. En cuanto al ahorro público, todas las comunidades españolas sin excepción están en números negativos.