¿Crisis en la izquierda?

Emiliano Domene Fernández
Secr. de Comunicación FSP UGT Almería
Desde hace un tiempo a esta parte la clase trabajadora está sufriendo una tremenda agresión a su dignidad y a sus condiciones de vida. Da igual el signo político de los gobiernos, los ataques a las conquistas sociales se están haciendo cada vez más virulentos y agresivos. Se aprueban planes de austeridad que recortan el gasto social, se elaboran reformas que destrozan derechos laborales duramente conseguidos a lo largo de los años, gracias entre otros al sacrificio de muchos compañeros, se privatizan servicios públicos y se fomenta la intervención privada, aumentan las desigualdades económicas entre clases y aún así, hoy con cierta perspectiva podemos decir que todas estas aberraciones no sacian el hambre de los mercados.
La lacra del desempleo aumenta con paso firme, especialmente en nuestra provincia, la reforma laboral impuesta unilateralmente por el gobierno ha fracasado totalmente como instrumento de generación de empleo, muy al contrario se ha precarizado el ya existente y asistimos a una bajada real de los salarios. Esta crisis ha pasado de ser un asunto económico para convertirse en una batalla política e ideológica donde los que pierden son los trabajadores y las clases más débiles.
En medio de esta situación desde ciertos ámbitos se habla de “crisis de la izquierda”, cuando lo cierto es que las medidas de ajuste neoliberal tomadas desde el exterior con seguidismo de nuestro gobierno nada tienen que ver con la ideología de izquierdas, ésta como tal, como ideología está más viva que nunca, precisamente ahora que las políticas liberales se estrellan una y otra vez contra los muros de la realidad de un capitalismo en decadencia, los ideales de justicia social, solidaridad  sostenibilidad y redistribución de la riqueza adquieren fuerza como alternativa a esta situación.
Cierto es sin embargo que existe una crisis de una parte de la izquierda partidista, no ideológica, precisamente de aquella que ha abandonado su base social, distanciándose de sus postulados e imitando las políticas más conservadoras al intentar salir de la crisis a costa de los derechos sociales y laborales, lo que ha traído consigo un fuerte castigo electoral, los votantes de izquierdas, muchos más críticos que el resto no toleran que sus partidos imiten a la derecha, abriéndole a esta las puertas para realizar nuevas medidas de ajuste en el terreno laboral, educativo, social y de privatización de servicios públicos.
Ya nadie duda que  los mercados estén dictando las políticas de los gobiernos  al margen de lo que deseen los ciudadanos, y es que parece ser que la soberanía ya no reside en el pueblo, se ha mudado.  Podemos decir que efectivamente existe un deterioro de la democracia tal y como reclaman miles de voces anónimas en las calles.
En mi opinión es el momento de actuar de forma crítica y firme contra estas medidas, en todos los niveles, desde los gobiernos locales al nacional pasando por las distintas comunidades autónomas, con total independencia del signo político de quienes intenten aplicarlas. Resulta pues imprescindible reagrupar a las personas y fuerzas de izquierdas en defensa de los derechos ciudadanos que se restringen y de un estado de bienestar que solo lo es para algunos, asumiendo el papel de fuerzas transformadoras de la sociedad porque nuestra ideología está más viva que nunca y llega el momento de revelarse.

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