Periodista
En política los tremendismos no solucionan casi nada, y Arturo Grima es un hombre tremendo. Me cuentan que no se quería presentar a la alcaldía, y que costó lo suyo convencerlo. El encierro protagonizado en dependencias de la Junta, según él, era para solucionar el problema de sesenta familias, algunas llevan algunos meses sin cobrar sus salarios. Según la delegada es confrontar con la Junta.
Lo único real y cierto lo han dicho las familias afectadas: “Estamos de los políticos hasta el moño”. La frase no es exacta, pero viene a recoger el espíritu. Es la dinámica en las que nos han metido con sus medias verdades. Es indudable que si la Junta hubiera querido abonar ese dinero, o parte de él, lo habría hecho hace tiempo. Tienen la facultad para hacer legal lo que les da la gana, y si quieren les ponemos algún ejemplo. A otro tonto con esa historia. Se podrían haber buscado soluciones, pero a alguien, no sabemos si en Turre o en la capital no le interesa.
Que el ex-alcalde venga ahora diciendo que hay dinero, cuando él no pagó los cuarenta mil euros en su momento es de “carita de ángel”. Otro que tal. Y para cerrar el circo montado Arturo Grima, tremendo donde los haya, decide una medida que no va solucionar el problema. Si la Junta le paga a Turre por el encierro, decenas de alcaldes van a seguir la medida para cobrar lo que la Junta les adeuda. No les extrañe que hasta Gabriel Amat se decida, pues son casi treinta millones lo que no le ha pagado Sevilla a Diputación. La caja de los encierros se ha abierto, y no hay dinero para tapar bocas. Y las familias sin cobrar y hasta la coronilla de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario