Iván Gómez
Periodista
Triunfo histórico en Almería. El Partido Popular consiguió ayer, en una jornada marcada por la lluvia de votos y el vendaval del cambio en toda la provincia, hacer añicos el récord de apoyos recibido por una candidatura en la historia de la democracia. Las gaviotas que ayer volaron por los 313 colegios electorales hicieron posible que el PP igualara el 57,7 % de votos que cosechó el proyecto político de Felipe González en las elecciones generales de 1982.
Castigo al PSOE
La familia del PSOE, tal y como presagiaban las encuestas desde hace meses, ha sido duramente castigada en la provincia descendiendo desde los 136.887 votos logrados hace casi cuatro años a los alrededor de 92.000 cosechados en el 20-N. Una importante caída de más de 45.000 votos en relación a las elecciones generales de 2008 en una provincia en la que han pesado y mucho los 126.000 parados. De hecho, se trata de los los peores resultados de la historia para el socialismo, aún más bajos que en las municipales al no alcanzar ni el 30 % de los votos.
La actual dirección que viene trabajando desde su nombramiento en julio no ha podido invertir, en cuestión de meses, el enorme distanciamiento de su partido con la ciudadanía en nuestra provincia. “Los almerienses van a ser de los que más apuesten por el PP y el cambio político en España”. Lo anunciaba, ya antes de desvelarse el escrutinio, el vicesecretario de Comunicación de los populares, Miguel Ángel Castellón. Fue un pronóstico acertado. Almería fue nuevamente ayer la provincia de Andalucía con mayor respaldo a las candidaturas de Rajoy, seguida por Málaga pero a casi diez puntos, y una de las más populares del país.
Las listas del PP almeriense pasan de los 162.531 votos (49,8%) de las generales de 2008 a los 179.761 (57,7%) recogidos ayer en las 1.668 urnas repartidas por toda la provincia. La representación de los almerienses en el Congreso de los Diputados sufre un notable cambio al pasar el PP de los tres escaños actuales a cuatro, lo que implica la pérdida de un asiento en el Hemiciclo por parte de los socialistas almerienses. Eso sí, en la Cámara Alta se mantienen las cuentas con tres senadores para el PP y uno solo para el PSOE de Almería. La contundente victoria popular deja resultados cuanto menos sorprendentes en municipios que en las municipales habían votado mayoritariamente al socialismo. En el caso de Vícar, por ejemplo, cuyo alcalde es el presidente del PSOE de Almería, Antonio Bonilla, la derrota ha sido antológica. Un 63,28 % de los ciudadanos han dado su respaldo a la candidatura popular y solamente un 27,19 % han elegido las listas socialistas. En las elecciones locales del 22 de mayo, el PP consiguió la mitad de los votos, de manera que crece en siete puntos. El PSOE mantiene sus cifras de las municipales, por lo que el descuadre se atribuye principalmente a la mayor participación que ha tenido el 20-N en relación a los anteriores comicios. Aún así, la participación en la jornada electoral de ayer, que transcurrió sin ningún incidente y la más absoluta normalidad, ha sido un punto inferior a la de 2008. Los almerienses que ejercieron su derecho al voto fueron 314.164, un 71,32 % del censo electoral.
El municipio almeriense que más apostó por el cambio fue el de Benizalón, con un 81 % de votos para el proyecto del PP. Le sigue con un 80 % de los sufragios el de Turrillas. Entre los pocos pueblos que han respaldado las listas del PSOE están los de Alhama de Almería, Ohanes y Fiñana (57 %). La localidad con más votos para los socialistas fue Almócita, con un apoyo directo en las urnas del 63 % de los votantes. En Castro de Filabres se produjo un empate a 52 votos, por lo que de tratarse de las municipales todo se habría quedado en manos de UPyD, IU y Equo. Hasta el último momento el Partido Popular de Almería creyó en la posibilidad de alcanzar los cinco diputados nacionales frente al único que dejaban en manos de los socialistas, un sueño que ayer se esfumó en el escrutinio a pesar de conseguir el mejor resultado de su historia en la provincia. El PSOE, aún seriamente erosionado por el fenómeno bandwagon (subirse al carro ganador), logró consolidar su segundo escaño en la Cámara Baja. La campaña en la provincia ha estado dominada por las cifras del desempleo, por lo que siendo Almería una de las que tienen una mayor tasa de paro, los continuos mensajes del PP han condicionado la conducta de los votantes.
Vendaval azul
El vendaval azul ha vuelto a soplar desde Almería al resto de Andalucía, quizás porque es una provincia que lleva años sufriendo un claro hundimiento de la centroizquierda, abandonada por sus antiguos votantes que ya han perdido el miedo a la victoria de los populares. Y es que el PP parece no tener techo y elección tras elección sigue creciendo en votos en detrimento del PSOE. El candidato al Senado que ayer recibió más votos fue el que se estrenaba en la candidatura, el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez, con 171.418 (56 %), seguido por la incombustible Mar Agüero (54 %) y el primer edil de Gádor, Eugenio Gonzálvez (53 %). El único escaño para los socialistas será para el secretario de Organización y número dos de la nueva dirección, Juan Carlos Pérez Navas, que recibió 89.341 sufragios (29 %) en las urnas de la provincia.
A las elecciones al Congreso de los Diputados concurrieron un total de 11 formaciones políticas en la provincia, diez al Senado. Sin embargo, la batalla de las generales, al menos en Almería, sigue siendo una cuestión de dos, los grandes partidos que se reparten todos los escaños a pesar del incremento en votos del resto de las formaciones, como Izquierda Unida, UPyD y Equo. Tiempo de cambios para una provincia que cada vez es más azul y solo piensa en resurgir de sus cenizas.
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