Incompatibilidad de Cargos

Teleprensa

Editorial

El Parlamento andaluz acaba de aprobar la incompatibilidad de cargos, una medida anunciada por el PSOE hace meses con la que pretende recuperar la confianza -a ello se añade la obligatoriedad de hacer Declaración de Actividades, Bienes e Intereses- y prestigiar la política, en decadencia a los ojos de los ciudadanos desde hace ya demasiado tiempo.

La medida no cae bien en el PP, tan acostumbrado a acaparar cargos tanto políticos como públicos. Sólo en Almería se quedan en la cuerda floja tres parlamentarios que además a día de hoy también son alcaldes: Carmen Crespo (Adra), José Cara (La Mojonera) y Antonio Torres (Berja). Pero hay muchos más.

Desde el PP se argumenta que cada cual puede cargar sobre sus espaldas lo que esté dispuesto o sus capacidades le permitan y se muestra contrario a que limiten el desarrollo personal de cada cual. Además remarcan que quienes cobran como parlamentarios no tienen sueldo de alcalde, una verdad a medias pues todos sabemos cómo se suelen cargar los gastos extras, desplazamientos y demás -aunque no se produzcan- y que siempre hay “paguilla” extra por acudir a las sesiones, asunto éste que algún día deberán explicarnos. Si un profesor cobra por profesor se da por supuesto que irá a clase, no hace falta “motivarle” por cada asistencia.

Bien mirado, dejar de acaparar cargos no sé si da más confianza al ciudadano, pero desde luego justifica mejor el sueldo que perciben, que supera con creces la media de cualquier oficio en el que como mínimo empleamos ocho horas diarias, cuando no más si se es autónomo para tal vez percibir menos que ellos. Empieza a dejar de valer este río revuelto en el que se sumergen los políticos, donde no hay horas libres, pero nadie sabe muy bien en qué se emplean, si en conspiraciones contra rivales o, peor aún, contra compañeros de partido.